Un simple tomate podría servir como portador de una vacuna oral contra el Alzheimer, según un estudio realizado por expertos del Instituto de Investigación en Biociencia y Biotecnología (KRIBB) de Corea, de Digital Biotech y del Departamento de Ciencias Biológicas de la Universidad Wonkwang publicada en la edición ‘on line’ de ‘Biotechnology Letters‘.
Aunque este trabajo está todavía en sus primeras etapas, ya supone un esperanzador primer paso hacia la posibilidad de encontrar una vacuna comestible contra las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, la forma más común de demencia, y su avance en el tiempo.
Esta opción sería posible por la acumulación de beta-amiloides humano, una proteína tóxica que es insoluble y se encuentra en el cerebro y que mata las neuronas. Reduciendo la acumulación de beta-amiloides podría inhibirse la degeneración del sistema nervioso y por lo tanto, puede prevenir o retrasar las primeras señales de Alzheimer. Una primera aproximación sería estimular el sistema inmune para reducir los niveles de beta-amiloides en el cerebro.