Tener un hijo es una experiencia que cambia la vida, de eso no hay duda. Ahora, un estudio realizado por científicos del Instituto Karolinska en Estocolmo (Suecia) sugiere que, además, es capaz de aumentarla.
Los resultados apuntan que, a partir de los 60 años, cuando la salud y la capacidad para valerse por sí mismos comienzan a descender, la esperanza de vida puede ser de dos años más respecto a los que no han sido padres.