‘Fatostatin’ una solución genética para la obesidad

'Fatostatin' es una salida para los genes de la grasa

Una pequeña molécula ya conocida que tiene capacidades anti- cáncer y anti-grasa  funcionaría como un desvío literal de genes que producen grasa, según un nuevo informe en la edición del 28 de agosto de la revista Chemistry and Biology, una revista de Cell Press.

El producto químico bloquea de un controlador maestro bien conocido de la síntesis de grasa, un factor de transcripción conocido como SREBP. Dicha acción en ratones genéticamente propensos a la obesidad causa que los animales sean más livianos. También reduce la cantidad de grasa en el hígado, junto con su azúcar en sangre y los niveles de colesterol.

«Estamos francamente muy entusiasmados «, dijo Salih Wakil, del Baylor College of Medicine. «Va al origen de la [síntesis de grasa] – directo a la expresión génica».

A diferencia de las las estatinas, que reducen el colesterol, en uso hoy, que bloquean una enzima en la vía única, la química, el llamado fatostatin, «golpea la grasa desde el principio», agregó Motonari Uesugi, de la Universidad de Kyoto.

Descubren variantes genéticas asociadas con un mayor riesgo de obesidad común

Investigadores del Colegio Imperial de Londres en Reino Unido han descubierto variantes genéticas asociadas con un mayor riesgo de obesidad común en personas con ancestros europeos. Los resultados del estudio se publican en la edición digital de la revista Nature Genetics.

Las mutaciones en PCSK1 causan una de las formas raras de obesidad que están asociadas con mutaciones en un único gen.

Los investigadores, dirigidos por Philippe Froguel, se cuestionaron si las variantes comunes en PCSK1 predisponían a las formas más comunes y complejas de obesidad, en las que intervienen múltiples genes.

Identifican cuatro genes que aumentan el riesgo de cáncer de mama

Investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) de Madrid han participado en un estudio internacional que ha identificado cuatro genes, FGFR2, TNRC9, MAP3K1 y LSP1, cuyas variantes elevan el riesgo de cáncer de mama en aquellas mujeres portadoras de uno o varios de ellos. El estudio, publicado en la edición digital de la revista Nature, abre un nuevo campo de estudio ya que se han analizado aspectos genéticos a los que antes no se había prestado atención.