“En los países mediterráneos, el consumo de alimentos característicos de su dieta ha disminuido en las últimas décadas. Esto es realmente preocupante”, explica Mercedes Sotos Prieto, autora principal de un trabajo incluido dentro del estudio Predimed (Prevención con Dieta Mediterránea) e investigadora de la Universidad de Valencia.
El objetivo de este análisis, realizado en la Comunidad Valenciana a 945 personas (340 hombres y 605 mujeres) entre 55 y 80 años y con alto riesgo cardiovascular, fue conocer el patrón de consumo de carne y pescado, sus correlaciones con la adherencia a la dieta mediterránea y su asociación con factores de riesgo cardiovascular.
Los resultados, publicados en la revista Nutrición Hospitalaria, muestran que esta población mediterránea presenta una ingesta elevada de carne roja y de pescado, pero mientras que el consumo de pescado se asocia con una menor prevalencia de diabetes y menor concentración de glucosa, el de carne roja, en particular de embutidos, se relaciona con mayor peso y prevalencia de obesidad.