El cabello puede aportar pruebas de un vínculo entre el estrés crónico y ataque cardíaco

El cabello puede ayudarnos a identificar a personas sometidos al estrés.

Los investigadores de la Universidad de Western Ontario han proporcionado la primera evidencia directa, utilizando un marcador biológico, para demostrar que el estrés crónico juega un papel importante en los ataques al corazón. Los factores estresantes tales como el trabajo, problemas matrimoniales y financieros se han vinculado al aumento del riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular, incluyendo infarto de miocardio. Pero no ha habido un marcador biológico para medir el estrés crónico. Los Dres. Gideon Koren y Stan Van Uum han desarrollado un método para medir los niveles de cortisol en el pelo para proporcionar una valoración precisa de los niveles de estrés en los meses previos a un evento agudo como un ataque al corazón. La investigación se publica en línea en journal Stress.

Una baja función tiroidea podría aumentar el riesgo cardíaco femenino

Las mujeres con baja función tiroidea podrían correr mayor riesgo de muerte por enfermedad cardiaca, según un estudio realizado por investigadores noruegos publicado en Archives of Internal Medicine. Incluso las mujeres cuyo funcionamiento de la glándula tiroides es considerado clínicamente normal, pero que está ubicado en la parte inferior del rango, fueron más propensas a morir por enfermedad cardiaca, revelaron los autores.

Los expertos dijeron que los médicos deberían tomar seriamente las lecturas de los niveles de hormonas tiroideas y recomendar más estudios para ver si tratar la baja función disminuye el riesgo cardíaco.

Desarrollan un tejido celular que puede sustituir al marcapasos en el bloqueo cardiaco

Investigadores del Hospital Infantil de Boston (Estados Unidos) han conseguido dar los primeros pasos para conseguir en el futuro que los niños con bloqueo cardiaco puedan ser tratados con sus propias células y no tengan que recurrir a la implantación de un marcapasos, según publica la revista American Journal of Pathology. En concreto, trabajando con animales de laboratorio han logrado diseñar un tejido a partir de células del propio animal que puede sustituir al marcapasos a lo largo de toda la vida del sujeto.