En casa de herrero cuchillo de palo…
Durante los últimos 45 años la famosa dieta basada en frutas y verduras frescas “ha decaído y se encuentra en estado moribundo” en su propia área, según un estudio del economista de la FAO Josef Schmidhuber.
Durante los últimos 45 años la famosa dieta basada en frutas y verduras frescas “ha decaído y se encuentra en estado moribundo” en su propia área, según un estudio del economista de la FAO Josef Schmidhuber.
Un estudio a largo plazo realizado con personas que estaban a dieta ha demostrado una pérdida promedio de 3,3 kilos con un régimen bajo en grasa, 4,6 kilos con la dieta mediterránea y 5,5 kilos con una dieta mayormente vegetariana y baja en carbohidratos.
El informe, publicado en el ‘New England Journal of Medicine‘, contó con un 82 por ciento de participantes masculinos con un peso inicial promedio de poco más de 90 kilos. La dieta reducida en hidratos de carbono se destacó en la mejora del perfil de colesterol, mientras, para los diabéticos, la dieta mediterránea fue la mejor para disminuir los niveles de glucosa en ayunas.
Restaurar los niveles de leptina, una hormona que actúa como factor saciante., podría ayudar a mantener la pérdida de peso tras una dieta, según un estudio publicado en Journal of Clinical Investigation.
Así, bajos niveles de esta hormona explicarían por qué quienes bajan de peso suelen tener problemas para mantener ese descenso. «Las zonas del cerebro que dicen al paciente que no coma parecen estar menos activas. Se responde más a los alimentos y se tiene menos control sobre ellos», afirmó el principal investigador del estudio y experto del Centro Médico de la Columbia University en Nueva York (EE.UU.), Michael Rosenbaum.
Las personas con deficiencia de vitamina D suelen morir antes que aquellas cuya sangre contiene cantidades mayores de la llamada «vitamina del sol,» informaron investigadores austríacos. El estudio, el último que sugiere beneficios de la vitamina D para la salud, demostró que las tasas de muerte por cualquier causa, así como también los problemas cardíacos, varían enormemente según el nivel de vitamina D.
«Este es el primer estudio relacional que demuestra que la vitamina D afecta la mortalidad más allá del motivo (primario) de muerte,» dijo Harald Dobnig, de la Universidad de Graz en Austria, quien dirigió el estudio.
El organismo genera vitamina D cuando la piel entra en contacto con la luz del sol, motivo por el cual se la conoce como la «vitamina del sol.» Suele estar presente en la leche fortificada y en los pescados grasos como el salmón, pero muchas personas carecen de los niveles adecuados.
La vitamina D ayuda al cuerpo a absorber el calcio y es considerada importante para la salud ósea. En los adultos, la deficiencia de vitamina D puede causar osteoporosis y en los niños, raquitismo.
Una serie de estudios recientes indicaron que la vitamina D ofrecería una variedad de beneficios para la salud, entre ellos la protección del cáncer, la enfermedad arterial periférica y la tuberculosis.
Las mujeres con obesidad abdominal tienen más riesgo de morir por problemas cardiacos o cáncer con independencia de su peso, según se desprende de un estudio de investigadores del Instituto Nacional de Salud y el Colegio Médico de Harvard cuyos resultados aparecen publicados en la revista médica Circulation.
Según una tesis de la bióloga de la Universidad de Navarra, Isabel López Galilea, el café torrado tiene mayores propiedades antioxidantes que el elaborado con tueste natural. La autora del estudio destaca que «la adición de azúcar durante el proceso de tueste torrefacto o torrado potencia el desarrollo de compuestos con gran capacidad antioxidante».
El fármaco taranabant, aún bajo experimentación, consigue que las personas que lo toman coman menos y quemen más calorías, además de reducir peso, al menos en el periodo de tres meses al que pertenecen los resultados de un trabajo realizado que se publica en la revista Cell Metabolism.
Una dieta rica en aceites de pescado podría prevenir, e incluso revertir, patologías asociadas a la obesidad gracias a la acción beneficiosa del ácido eicosapentaenoico (EPA), un tipo de ácido graso omega-3, según una investigación desarrollada en la Facultad de Farmacia de la Universidad de Navarra por la pamplonesa Nerea Pérez Echarri en su tesis doctoral.
Un estudio realizado en ratones por investigadores de la Universidad Northwestern en Evanston (Estados Unidos) muestra que comer en exceso altera el mecanismo central del reloj interno del organismo, el que marca rutinas diarias como el sueño y la vigilia, descompasando las señales temporales internas que incluyen el control del apetito.
La aplicación de vibraciones inhibe la formación de grasa, según un estudio experimental de la Universidad Estatal de Nueva York en Stony Brook (Estados Unidos) que se publica esta semana en la edición digital de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).