Comer pescado disminuye el riesgo de diabetes

El pescado está incluido en la dieta mediterránea y tiene efectos cardiosaludables

“En los países mediterráneos, el consumo de alimentos característicos de su dieta ha disminuido en las últimas décadas. Esto es realmente preocupante”, explica Mercedes Sotos Prieto, autora principal de un trabajo incluido dentro del estudio Predimed (Prevención con Dieta Mediterránea) e investigadora de la Universidad de Valencia.

El objetivo de este análisis, realizado en la Comunidad Valenciana a 945 personas (340 hombres y 605 mujeres) entre 55 y 80 años y con alto riesgo cardiovascular, fue conocer el patrón de consumo de carne y pescado, sus correlaciones con la adherencia a la dieta mediterránea y su asociación con factores de riesgo cardiovascular.

Los resultados, publicados en la revista Nutrición Hospitalaria, muestran que esta población mediterránea presenta una ingesta elevada de carne roja y de pescado, pero mientras que el consumo de pescado se asocia con una menor prevalencia de diabetes y menor concentración de glucosa, el de carne roja, en particular de embutidos, se relaciona con mayor peso y prevalencia de obesidad.

Hacer ejercicio ayuda a comer sano

La actividad física parece tener una función facilitadora de conductas alimentarias encaminadas al seguimiento de una dieta sana

Los datos de estudios epidemiológicos sugieren que la tendencia a seguir una dieta sana y a realizar cantidades de ejercicio físico adecuado suelen coexistir en el mismo individuo. Además, el aumento en los niveles de actividad física suele asociarse a una mejoría en paralelo de la calidad de la dieta.

“Conocer la interacción entre la práctica de ejercicio y una dieta sana mejoraría las estrategias preventivas y terapéuticas para la obesidad, al potenciar los esquemas actuales de abordaje y tratamiento”, explica Miguel Alonso Alonso, investigador de la Universidad de Harvard (EE UU) que ha publicado un trabajo de recopilación bibliográfica sobre esta cuestión en la revista ‘Obesity Reviews’.

El ejercicio aporta beneficios como el aumento de la sensibilidad a las señales fisiológicas de saciedad, lo que influye en un mejor control del apetito, pero también modifica las respuestas hedónicas a los estímulos de comida. Por tanto, los beneficios se podrían dividir en aquellos que ocurren a corto plazo –de predominio metabólico–, y los que aparecen a largo plazo –de predominio conductual–.

La cerveza negra tiene más hierro que la rubia

El hierro ayuda a oxidar los compuestos orgánicos que dan estabilidad y sabor a estas bebidas.

Las cervezas negras contienen una cantidad media de hierro libre de 121 ppb (partes por billion) frente a los 92 ppb de las rubias y los 63 ppb de las sin alcohol, según un análisis sobre 40 tipos de cerveza de los cinco continentes realizado por investigadores de la Universidad de Valladolid (UVa).

“Aunque se trata de cantidades muy pequeñas, las variaciones son claras, y podrían ser resultado de los procesos de producción o de la materia prima que se utiliza durante la fabricación”, apunta Carlos Blanco, profesor del Área de Tecnología de los Alimentos en la UVa y coautor del trabajo.

El estudio, que publica el Journal of the Science of Food and Agriculture, señala que los extractos de malta y lúpulo que se emplean de forma específica en la fabricación de la cerveza negra podrían explicar sus niveles más altos en hierro.

Frutas y verduras: esenciales para una dieta saludable

Un consumo suficiente de frutas y verduras podría salvar hasta 1,7 millones de vidas cada año.

Las frutas y las verduras son componentes esenciales de una dieta saludable, y un consumo diario suficiente podría contribuir a la prevención de enfermedades importantes, como las cardiovasculares y algunos cánceres. En general, se calcula que cada año podrían salvarse 1,7 millones de vidas si se aumentara lo suficiente el consumo de frutas y verduras.

Un informe de la OMS y la FAO publicado recientemente recomienda como objetivo poblacional la ingesta de un mínimo de 400 g diarios de frutas y verduras (excluidas las patatas y otros tubérculos feculentos) para prevenir enfermedades crónicas como las cardiopatías, el cáncer, la diabetes o la obesidad, así como para prevenir y mitigar varias carencias de micronutrientes, sobre todo en los países menos desarrollados.
La Estrategia mundial OMS sobre régimen alimentario, actividad física y salud hace hincapié en el aumento del consumo de frutas y verduras como una de las recomendaciones a tener en cuenta al elaborar las políticas y directrices dietéticas nacionales tanto para la población como para los individuos.

La nicotina activa receptores en el cerebro que reducen el apetito

Hay personas, sobre todo mujeres, que se niegan a dejar de fumar por temor a engordar

Investigadores norteamericanos han descubierto por qué los fumadores suelen, en general, pesar menos que los no fumadores. Según el estudio, publicado en la revista Science, la nicotina, uno de los principales factores de adicción al tabaco, suprime la sensación de apetito.

Los experimentos realizados en ratones muestran que esta sustancia activa un conjunto de receptores neuronales, diferentes a los que suscitan las ansias de fumar, que se sitúan en el sistema de melanocortina del hipotálamo. Este sistema se encarga de distribuir la energía extra que aportan los alimentos, metabolizándola o almacenándola en forma de grasa.

Además, tal y como señala Marina Picciotto, autora principal del estudio e investigadora del departamento de psiquiatría de la Escuela de Medicina de la Universidad de Yale (EE UU), “es posible suprimir la sensación de apetito sin afectar los centros de recompensa del cerebro”.

Un vaso de leche con galletas, la mejor receta para combatir el insomnio

El alimento ideal antes de ir a dormir

Tan importante como incluir una serie de alimentos en nuestra dieta diaria es la hora en la que ingerimos dichos productos. Así lo asegura la catedrática de Fisiología de la Universidad de Extremadura, Carmen Barriga. Precisamente por eso, la investigadora, especialista en Crononutrición, recomienda a las personas que padecen insomnio, o a las que les cuesta conciliar el sueño, tomar el remedio casero de toda la vida antes de ir a dormir: un vaso de leche caliente con una cucharada de azúcar y unas galletas.

Esta fórmula es la combinación perfecta, ya que tanto los cereales como la leche son alimentos ricos en triptófano (aminoácido encargado en nuestro organismo de sintetizar la hormona melatonina, sustancia implicada en la inducción al sueño).

Pero no es el único alimento que puede facilitar la somnolencia durante la noche. De hecho, todos los alimentos que contienen triptófano o incluso serotonina o melatonina son idóneos para tomarlos al anochecer o en la cena. Así, los plátanos, las cerezas, los cereales, el tomate, la lechuga, el pescado, los frutos secos o los frutos rojos pueden ayudar a dormir bien y obtener un sueño más reparador.

Explican el efecto ‘yo-yo’ en las dietas de adelgazamiento

Las personas con niveles más altos de leptina y más bajos de grelina son más propensas a recuperar los centímetros perdidos.

Si su objetivo es perder los kilos ganados estas navidades, quizá le interese saber que las hormonas relacionadas con el apetito desempeñan un papel importante en la recuperación del peso después de una dieta de adelgazamiento. Un nuevo estudio afirma que las personas con niveles más altos de leptina y más bajos de grelina son más propensas a recuperar los centímetros perdidos.

Los médicos a menudo se encuentran en su consulta con pacientes que, tras seguir una dieta de adelgazamiento, en un período corto de tiempo recuperan los kilos o incluso ganan más que los que tenían antes de comenzar el tratamiento. A esto se le denomina efecto rebote o efecto ‘yo-yo’, que se observa en algunas de las personas que siguen estos programas de pérdida de peso.

La leche materna mejora la condición física de los futuros adolescentes

Quienes recibieron lactancia materna presentan más fuerza muscular

Dar el pecho a los recién nacidos está lleno de ventajas a corto y largo plazo para los infantes. Ahora, un estudio confirma nuevos efectos beneficiosos, hasta ahora no explorados. Los adolescentes que recibieron lactancia materna al nacer presentan más fuerza muscular en las piernas que los que recibieron lactancia artificial.

“Nuestro objetivo fue analizar la relación entre la duración de la lactancia materna recibida en edad infantil y su nivel de condición física durante la adolescencia”, explica Enrique García Artero, autor principal del estudio e investigador de la Universidad de Granada. “Los resultados sugieren nuevos efectos beneficiosos y apoyan su uso por encima de cualquier otra forma de alimentación”.

Más proteínas y menos azúcares ayudan a mantener un peso saludable

El aumento moderado de proteínas y la reducción de alimentos con un alto índice glucémico ayudan a mantener una dieta saludable

El aumento moderado de proteínas y la reducción de alimentos con un alto índice glucémico -como harinas refinadas o arroz descascarillado- ayudan a mantener una dieta saludable y no recuperar los kilos perdidos. Así se desprende de una investigación en la que ha participado el catedrático de Nutrición de la Universidad de Navarra, Alfredo Martínez. Se trata del análisis sobre dieta más grande del mundo. El trabajo se publicó en el ‘New England Journal of Medicine’.

El estudio, que forma parte del Proyecto Diógenes (Dieta, Obesidad y Genes), es el análisis más relevante del mundo sobre el mantenimiento de peso a largo plazo tras haber seguido una dieta de adelgazamiento. En total, la investigación evaluó los hábitos de alimentación de 773 familias de ocho países europeos. Entre ellos, de España, donde el trabajo se realiza desde 2005 en el departamento de Ciencias de la Alimentación, Fisiología y Toxicología de la Universidad de Navarra.

Chefs de restaurantes deberían comprometerse en bajar calorías

Los cocineros debieran comprometerse más con la salud

Los restaurantes podrían desempeñar un papel importante para ayudar a reducir la creciente epidemia de obesidad mediante la creación de comidas de bajas calorías, de acuerdo con los investigadores de Penn State.

Los investigadores encuestaron a chefs, dueños de restaurantes, y ejecutivos culinarios de todo el país para evaluar su percepción de servir alimentos saludables en los restaurantes.

En la encuesta, 72 por ciento de los 432 encuestados dijo que podría recortar un 10 por ciento las calorías en las comidas sin que los clientes se dicen cuenta de las diferencias en el sabor, y el 21 por ciento dijo que podría recortar al menos un 25 por ciento de las calorías. Este pequeño cambio podría dar lugar a un gran impacto en la epidemia de obesidad.