El consumo de jugo de naranjas es habitual en bares y restaurantes. Esta bebida es conocida por su sabor y valor nutricional, alto contenido en vitamina C, carotenoides, compuestos fenólicos y otras sustancias antioxidantes. Sin embargo, también puede ser un puede ser un peligro para la salud. Un reciente estudio español de la Universidad de Valencia (UV) analiza esta situación.
Cerca del 40% del jugo de naranja natural que se consume, se prepara en bares y restaurantes, pero según el estudio, el manejo inadecuado de las naranjas y la falta de limpieza de los dispositivos utilizados durante el proceso favorecen la contaminación bacteriana del producto.
Los científicos de la Universidad de Valencia han analizado jugoos de naranja natural preparados con las máquinas de bares y restaurantes y han comprobado que el 43% de las muestras superaban el nivel de enterobacterias establecido por las regulaciones alimentarias, y el 12% el límite de microorganismos aeróbicos mesófilos. También se observó la presencia de Staphylococcus aureus y especies de Salmonella en un 1 y 0,5 %, respectivamente, de los lotes examinados, según los datos que se publican en la revista Food Control.
“En general, un porcentaje de los jugos de naranja se consumen inmediatamente, pero en muchos casos permanecen en jarras de acero inoxidable sin protección alguna”, advierte Isabel Sospedra, una de las autoras del estudio.
De hecho, los científicos han detectado que en aquellos jugos que se mantenían en jarras metálicas aparecen niveles “inaceptables” de enterobacterias en el 81% de los casos, y en el 13% respecto a aerobios mesófilos. Sin embargo, cuando el líquido recién exprimido se sirve en vasos de vidrio estos porcentajes se reducen al 22 y 2% respectivamente.
Los investigadores recomiendan manipular correctamente las naranjas, limpiar bien las máquinas expendedoras y servir el zumo en el momento en lugar de almacenarlo en jarras metálicas.
“A esto hay que sumar que las maquinas expendedoras tienen una gran cantidad de superficies de contacto y muchas oquedades, permitiendo la contaminación microbiana y su posterior arrastre cuando se elabora el zumo”, añade la investigadora.
La conclusión es clara, para asegurar la salud de los consumidores, los expertos recomiendan realizar una correcta limpieza y desinfección tanto de las maquinas exprimidoras como de las jarras donde se almacena el líquido, aunque siempre es mejor tomarlo según se produce.
Bibliografía: I. Sospedra, J. Rubert, J.M. Soriano, J. Mañes. “Incidence of microorganisms from fresh orange juice processed by squeezing machines”. Food Control 23 (1): 282-285, 2012.
Fuente: SINC
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