La intervención de los médicos de familia y enfermeras de atención primaria resulta efectiva a la hora de que los fumadores abandonen el hábito del tabaco. Esto aumenta en un 50% las probabilidades que lo dejen a largo plazo aunque solo un 8% consigue hacerlo durante más de un año. Son conclusiones del último estudio ISTAPS (Intervención Sistemática sobre Tabaquismo en Atención Primaria de Salud) publicado en la revista Addiction.
El 75% de las personas incluidas en el estudio no se planteaban en un futuro próximo dejar de fumar y tratar el problema con su médico de familia o su enfermera ha supuesto un motivo para dejarlo, tanto a los que querían dejarlo enseguida como a los que no se lo planteaban.
Otros factores relacionados con el abandono del tabaco han sido que la pareja fumara, la dependencia a la nicotina, el número de cigarrillos que se fuman cada día y la edad de la persona (cuanto mayor, más probabilidad de dejar de fumar).
La investigadora principal del proyecto, Carmen Cabezas, opina que “se puede ayudar al fumador antes de que, por patología u otros motivos similares, pida ayuda”. El estudio ha revelado además que la mayoría de los sujetos estudiados “no consultaban a nadie para dejar de fumar”.
El seguimiento se ha realizado sobre más de 2.800 fumadores de 43 años de media a lo largo de dos años. La mayoría de ellos comenzaron con el tabaco siendo adolescentes y llevaban fumando unos 20 cigarrillos al día durante 26 años. El 80% era de clase social media y baja, en su mayoría sedentarios. Los datos muestran que, a pesar de su edad, un 44% ya declaran tener problemas de salud relacionados con el tabaco.
La persona que no se lo ha planteado debe reconsiderar el papel que juega el tabaco en su vida, los pros y los contras que tiene para ella dejar el tabaco y tiene que encontrar sus propios motivos. La persona que ya quiere dejar de fumar necesita estrategias concretas y en algunos casos un fármaco.
A pesar de que la intervención varía, los resultados finales son similares en ambos casos, teniendo en cuenta otros factores como la dependencia a la nicotina, la edad, o tener una pareja que fuma.
Fuente: SINC