“Una de las conclusiones del artículo es que el precio que se paga en los quioscos por cada etiqueta de cigarrillos es sólo una parte muy pequeña del precio real que los fumadores pagan por su consumo”, declara Ángel López Nicolás, coautor del estudio que publica la Revista Española de Salud Pública e investigador de la UPCT.
“Puesto que el consumo de tabaco aumenta el riesgo de muerte con respecto a los no fumadores, se puede asignar un coste al riesgo de mortalidad prematura de los que sí fuman”, apunta el investigador.
Por lo que, según el estudio hoy el coste medio de la etiqueta no está en 3-4 euros (en España), sino en 107 euros para los hombres fumadores y en 75 euros para las mujeres fumadoras.
El trabajo cuestiona el axioma de la economía clásica sobre la ‘soberanía del consumidor’, esto se traduce en que quien fuma no lo hace porque el placer de fumar es superior a su coste, sino por el poder adictivo de la nicotina y por el desconocimiento de su coste real.
Para determinar este coste de mortalidad asociado al consumo de tabaco en España, los expertos partieron del denominado Valor Estadístico de la Vida (VEV), es decir, la cantidad que está dispuesta a pagar la población para conseguir una reducción del riesgo de muerte. El VEV estimado como media es de 2,91 millones de euros. “En el caso de los fumadores es de 3,78 millones de euros”, detalla López Nicolás.
“Pero no hay que confundir el coste por mortalidad prematura con coste por atención sanitaria. El coste por mortalidad prematura es soportado por los fumadores”, puntualiza López.
El equipo también manejó la información sobre los trabajadores en activo del Panel de Hogares de la Unión Europea (PHOGUE) para el período 1996-2001 y los resultados de la Encuesta de Accidentes de Trabajo del Ministerio de Trabajo e Inmigración.
Conocer los costes ayuda a prevenir el tabaquismo
“La estimación del coste de la mortalidad prematura por paquete de tabaco es un elemento clave en el análisis coste-beneficio de las políticas de prevención y control del tabaquismo”, afirman los investigadores.
En este sentido, el estudio señala que tanto los impuestos y las restricciones al consumo en lugares públicos refuerzan los mecanismos de autocontrol de quien fuma. Según el estudio, “las políticas de prevención y control del tabaquismo pueden generar considerables beneficios sociales ya que las pérdidas de bienestar asociadas al consumo de tabaco son mucho más cuantiosas de lo que sugieren los costes externos”.
“A pesar de la entrada en vigor en 2006 de la ley de medidas sanitarias frente al tabaquismo, en España es posible seguir progresando en medidas de control sobre el consumo de tabaco”, concluyen los expertos.
Fuente: Mª Belén Cobacho Tornel, Ángel López Nicolás, José María Ramos Parreño. “El coste de la mortalidad asociado al consumo de tabaco en España”, Revista Española de Salud Pública 84(3): 271-280, mayo-junio 2010.
Vía: SINC