¿Son útiles las duchas vaginales?

La ducha vaginal es el enjuague o limpieza de la vagina arrojando chorros de agua o de otras soluciones como vinagre, bicarbonato de sodio o soluciones para duchas que pueden comprarse en farmacias o tiendas, dentro de la vagina. Se cree que la ducha vaginal es una costumbre practicada desde tiempos antiguos.
Las razones por las cuales las mujeres usan duchas vaginales incluyen: enjuagar la sangre después de un período menstrual; limpiar la vagina después de tener relaciones sexuales para evitar las enfermedades de transmisión sexual (ETS) y eliminar el semen para evitar un embarazo, así como para reducir los olores.

Frecuencia

La ducha vaginal es una práctica común entre las mujeres. En los Estados Unidos – 37% de las mujeres norteamericanas de entre 15 y 44 años practican duchas vaginales con regularidad. De estas mujeres, cerca de la mitad lo hace semanalmente.

¿Pero,… la ducha vaginal es segura?

Los médicos no recomiendan la ducha vaginal para limpiar la vagina. La ducha cambia el delicado equilibrio químico en la vagina (y la flora vaginal), lo que puede causar que la mujer sea más susceptible de contraer infecciones bacterianas. También puede propagar infecciones existentes en la vagina o en el cuello del útero a los órganos de la pelvis (útero, trompas de Falopio y ovarios.)

Las investigaciones han demostrado que las mujeres que usan duchas vaginales de manera rutinaria tienden a tener más problemas que las mujeres que no las usan o que las usan rara vez. Estos problemas incluyen irritación vaginal, infecciones (llamadas vaginosis bacterianas o VB) y enfermedades de transmisión sexual (ETS.) Las mujeres que usan duchas vaginales con frecuencia tienen más riesgo de contraer una enfermedad pélvica inflamatoria (EPI.) La EPI es una infección de los órganos de la pelvis en la mujer. Esta infección es causada por bacterias que pueden viajar de la vagina y el cuello del útero de una mujer hasta sus órganos de la pelvis. En caso de no recibir tratamiento, la EPI puede dar como resultado la infertilidad o un embarazo ectópico (embarazo fuera del útero). Tanto la VB como la EPI pueden provocar problemas serios durante el embarazo, como infección en el bebé, problemas durante el parto y un nacimiento prematuro.
Un estudio halló en un grupo de adolescentes sexualmente activas que dijeron que siempre se daban una ducha vaginal eran casi dos veces más propensas a tener una infección de transmisión sexual (ETS) que las adolescentes sin esa práctica.1

Ducha vaginal y embarazo

La ducha vaginal después de las relaciones sexuales no evita el embarazo. Sin embargo, en mujeres que trataron de embarazarse, aquellas que usaron duchas más seguido (más de una vez a la semana) tuvieron los índices de embarazo más bajos. Otras investigaciones han demostrado una relación entre las duchas vaginales frecuentes y el nacimiento de bebés con bajo peso. Los estudios también demuestran que la ducha vaginal aumenta de gran manera la probabilidad de tener un embarazo ectópico, lo que puede ser una condición que pone en peligro la vida.

Recomendaciones

Debido a que el equilibrio químico de la vagina es muy sensible, lo mejor es dejar que la vagina se limpie por sí sola. La vagina se limpia por sí sola de manera natural por medio de secreciones mucosas. La mejor manera de limpiar el área exterior de la vagina es con agua tibia y un jabón suave sin olor durante el baño o la ducha. Los productos como jabones, polvos y rocíos para la higiene femenina no son necesarios y podrían ser dañinos.
Es importante que vea a su médico de inmediato cuando: tenga dolor vaginal, comezón, ardor o mal olor; dolor al orinar; secreción vaginal anormal, como espesa y blanca (como requesón) o verde-amarillenta. Usted podría tener una infección por levadura, o bacteriana, todo lo cual puede ser tratado. No limpie la vagina ni use una ducha vaginal antes de un examen con su médico. Esto eliminará la secreción vaginal, la cual ayuda a que el médico determine el tipo de infección.

FUENTE: Womenshealth
1 American Journal of Obstetrics and Gynecology, febrero de 2009

 

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