La vulvodinia se refiere a la molestia o dolor crónico en la vulva, que es el área externa y circundante de la vagina. A esta molestia se le ha llamado como “el dolor de abajo” o también como “el dolor femenino.” Uno de los síntomas más comunes en la sensación de ardor. Muchas mujeres han reportado tener escozor, irritación y dolor punzante.
No se ha hallado una infección o enfermedad de la piel aparente que se relacione con la causa de estos síntomas.
El tratamiento de la vulvodinia puede incluir consejos para el cuidado de la piel de la región vulvar, medicamentos de tipo oral y/o tópico, bioretroalimentación, ejercicios de terapia física, y hasta cirugía en casos específicos. Ningún tratamiento por si solo ha probado ser efectivo en todas la mujeres con vulvodinia. Usualmente, los expertos en el tratamiento de la vulvodinia recomiendan una combinación de tratamientos para cada caso específico con el fin de mejorar la calidad de vida de las personas que sufren de esta condición.
¿Por qué es la vulvodinia un problema?
Los resultados de las investigaciones sobre la epidemiología (el estudio de la distribución y las causas) de la vulvodinia han ayudado a clarificar la magnitud del problema. Un extenso estudio poblacional en barrios étnicamente diversos en Boston realizado por Harlow y Steward, reveló que la sensación de ardor y de dolor punzante, o dolor al contacto, que duraba por lo menos tres meses o más en el tracto genital bajo, ocurría con frecuencia.1 Estos síntomas fueron reportados por mujeres de todas las edades, de origen caucásico, afro-americanas e hispanas. Cerca del 40 por ciento de estas mujeres optaron por no buscar tratamiento. Del grupo de mujeres que buscaron tratamiento, el 60 por ciento visitaron tres o más doctores. Los investigadores estiman que un 18 por ciento de las mujeres experimentarán síntomas asociados a la vulvodinia durante sus vidas.2
Además de lo anterior, se encontró que la incidencia de los síntomas iniciales fue más alta en las mujeres entre los 18 y los 25 años de edad, y más baja en mujeres mayores de 35 años. Estos hallazgos destacan el hecho de que la vulvodinia puede afectar a muchas mujeres. Evidencia anecdótica sugiere que, en muchos casos, la vulvodinia puede hacer casi imposible tener relaciones sexuales, usar tampones higiénicos, o incluso usar ropa interior o pantalones. Cuando las mujeres buscan atención médica, la falta de educación de los proveedores de servicios de salud sobre el diagnostico y el tratamiento de la vulvodinia puede conllevar a que el paciente haga múltiples visitas médicas a diferentes especialistas, antes de que se determine un correcto diagnostico y una apropiada intervención.
Modelos para futuras investigaciones
Para que la investigación sobre la vulvodinia progrese, se deben estandarizar las definiciones de los términos que describen la vulvodinia y las condiciones asociadas con ella. También deben ser estandarizados, los términos y procedimientos usados para caracterizar el dolor asociado con la vulvodinia. Muchos mecanismos biológicos están siendo actualmente investigados, entre ellos los procesos inflamatorios e infecciosos de la enfermedad, factores asociados con el estrés, factores neurológicos y genéticos, y las relaciones entre estos procesos y los cambios del sistema hormonal e inmune. Establecer la progresión natural de la vulvodinia contribuirá a tener una mejor comprensión del rol de los factores etiológicos (causas).
Referencias
1 Harlow BL, Stewart EG. A population-based assessment of chronic unexplained vulvar pain: have we
underestimated the prevalence of vulvodynia? J Am Med Womens Assoc. 2003;58:82-88.
2 Bachmann GA, Rosen R, Pinn VW, et al. Vulvodynia: a state-of-the-art consensus on definitions, diagnosis and management. J Reprod Med. 2006;51(6):447-56.