Un sistema telefónico automático es capaz de ayudar a los pacientes de hipertensión a mantener baja su presión sanguínea y controlar su enfermedad, según un estudio de la Universidad de Montreal en Canadá que se publica en la revista Circulation: Cardiovascular Quality and Outcomes.
Durante un año, los pacientes de hipertensión que participaron en el estudio recibieron al menos una llamada a la semana de un sistema telefónico informático con un programa de reconocimiento de voz que preguntaba sobre la medida más reciente de presión sanguínea tomada en el hogar. La información se pasaba automáticamente a los médicos y farmacéuticos de los pacientes que podían intervenir si una lectura indicaba problemas.
Según explica Pavel Hamet, responsable del estudio, “algo les decía a los pacientes lo bien que lo estaban haciendo. Por ejemplo, el sistema alertaba al farmacéutico cuando no habían recogido sus medicamentos de recambio a tiempo».
En el estudio participaron 223 pacientes con hipertensión a través de 21 médicos de ocho centros de atención primaria en la ciudad de Level, cerca de Montreal. Todos los pacientes llevaban dispositivos portátiles que controlaban los registros de presión sanguínea las 24 horas. De ellos 111 fueron asignados al grupo de experimentación y 112 sirvieron como grupo control.
Los pacientes de la intervención recibieron un manual educativo, un dispositivo digital para medir la presión, un libro de claves y acceso a un sistema de gestión telefónica. Los pacientes control recibieron el manual educativo y la atención médica estándar.
Los resultados del estudio, que duró un año, mostraron una reducción media de 11,9 milímetros de mercurio (mm Hg) en la presión sistólica y 6,6 mm Hg en la diastólica en el grupo de intervención frente a disminuciones de 7,1 y 4,5 mm Hg respectivamente en el grupo control.
En las mediciones realizadas en la clínica también hubo mejorar en los pacientes que eran seguidos por el sistema automático. La reducción era de 18,7 frente a 13,8 mm Hg en la presión sistólica de los pacientes controlados telefónicamente y los controles respectivamente. En el caso de la presión diastólica las reducciones eran de 13,8 mm Hg y 5,6 mm Hg en pacientes seguidos por teléfono y controles.
Los resultados también mostraron que al terminar el estudio el 46 por ciento de los pacientes del grupo de intervención cumplían los criterios de presión sanguínea controlada frente al 28,6 por ciento de los pacientes del grupo control. Por último, los investigadores señalan que los médicos que trataban a los pacientes del grupo seguido por teléfono eran más propensos a añadir o aumentar la dosis de medicación.
Fuente: www.azprensa.com/