El ejercicio físico controlado y las medidas higiénico-dietéticas previenen el linfedema tras la extirpación de la mama, según ha afirmado la presidenta de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física, Inmaculada García Montes, en el marco del XVII Congreso Nacional del Capítulo Español de Flebología.
García Montes señaló que «es una acumulación de líquido rico en proteínas, llamado linfa, en el espacio intersticial por sobrecarga o deterioro del sistema de drenaje y se caracteriza por ser un edema crónico y evolutivo de la extremidad afectada, y su forma más frecuente de aparición está asociada a la enfermedad neoplásica y ocasiona importantes trastornos estéticos y problemas funcionales derivados del dolor.
Esta experta apuntó que, a pesar de no tener cura, es posible prevenir la aparición de linfedema secundario y es posible tratarlo cuando ya está instaurado para disminuir así la discapacidad y la aparición de complicaciones y mantenerlo estable en el tiempo.
Además, destacó que «la causa más frecuente de linfedema es el linfedema postmastectomía, que supone un 70 por ciento del total», aunque matizó que no son, sin embargo, los casos más complicados de diagnosticar. «El linfedema del miembro inferior es frecuentemente ignorado y mal diagnosticado, lo que ocasiona que aquellos pacientes que lo sufren tarden una media de 13 años en recibir un diagnóstico apropiado, ya que acuden al especialista en estadios avanzados de la enfermedad, cuando ya aparecen complicaciones asociadas», explicó.
En cuanto a las principales causas de linfedema señaló que son las anomalías congénitas del sistema linfático (lo que se conoce como linfedema primario), el cáncer y su tratamiento –linfedema secundario–, una enfermedad venosa crónica de miembro inferior (edema linfo-venoso) o determinadas intervenciones quirúrgicas en miembros inferiores.
Asimismo, indicó que «las complicaciones mas frecuentes del linfedema son las infecciones (erisipela-linfangitis) y las complicaciones dérmicas como fibrosis cutánea, hiperqueratosis, elefantiasis, las fístulas linfáticas con linforragia y, con menor frecuencia, las úlceras linfáticas».
Entre las recomendaciones para estos pacientes, la experta destacó lavar la piel diariamente con jabones pH neutros y secar bien, usando crema hidratante para evitar la sequedad; evitar pinchazos o heridas en el brazo afecto; activar el uso de sistemas de prevención tales como el usar de dedal, guantes, o la manopla de horno; extremar el cuidado en la manicura y el afeitado, procurando mantener las uñas rectas, sin cutículas y sin mordérselas; o evitar las fuentes de calor directas en miembro afecto
Además, aconsejan usar algodón en la ropa; evitar cargar pesos con brazo afecto y eliminar el uso de bolsos, evitar engordar pues favorece el linfedema; no realizar sobreesfuerzo en la práctica deportiva; procurar eludir los países de climatología cálida; evitar la compresión de joyas y no tomar la tensión en el brazo afecto.
Fuente: Azprensa