Tatuajes y anestesia epidural, ¿riesgo o exageración?

Los Tatuajes son antiguas formas permanentes de ornamentación corporal (body art), hoy en día, se han transformado en una moda popular en todo el mundo. Más del 50% de todos los tatuajes se realizan en mujeres. En años recientes, tatuarse en sitios poco convencionales, como el área lumbar o sacra, los pechos, el bajo vientre o pubis, se ha hecho muy frecuente, sobre todo en mujeres jóvenes de edad fértil.[1]

En 2002, Douglas and Swenerton [2] advirtieron sobre el riesgo teórico de introducir pigmentos extraños en el espacio espinal, luego de punzar sobre un tatuaje, durante una anestesia epidural, (la cual es generalmente utilizada durante el parto), que podría llevar a tumores epidermoides y/o aracnoiditis química. [3] Sin embargo, los riesgos potenciales de la anestesia regional en pacientes con tatuajes lumbares, es controvertida

Cada vez más a menudo un anestesiólogo debe verse en la situación de tener que anestesiar a una paciente con tatuajes lumbares; esto incluso puede ocurrir en una situación de emergencia obstétrica. En una revisión de la literatura [4] se descubría que ninguna complicación seria fue reportada.  La aguja utilizada en la anestesia teóricamente podría al atravesar el tatuaje, llevar fragmentos de pigmentos al espacio epidural o subaracnoideo. Esto podría inducir riesgo de complicaciones neurológicas tardías, relacionadas a una respuesta inflamatoria o granulomatosa a los pigmentos introducidos en esos espacios. Para evitar este riesgo teórico, el anestesiólogo, puede tratar de evitar punzar a través del tatuaje, ya sea seleccionando un diferente espacio intervertebral, o usando una aproximación paramediana, o  punzando en un área libre de pigmentos dentro del tatuaje. Cuando estas opciones no son posibles, se puede realizar una incisión superficial en la piel antes de la inserción de la aguja, en  lo cual debería prevenir la posibilidad de que ingresen pigmentos al canal espinal. Cualquiera sea la opción final a implementarse, ésta se debería establecer tempranamente en la consulta prenatal, luego del consentimiento informado a la paciente. [4]

En la dermis, la mayoría de los pigmentos son asimilados por los macrófagos, los cuales migran a los linfáticos Las partículas de tinta retenidas son principalmente intracelulares, ubicadas en los macrófagos peri vasculares y fibroblastos. Si fuesen atrapados por la aguja al ingresar, los pigmentos estarían intracelulares y no libres. Entonces las eventuales complicaciones serian el resultado de la introducción celular, más que por el pigmento en sí mismo.

En conclusión, el temor de proveer anestesia epidural a pacientes con tatuajes lumbares, parece haber sido sobreestimado. En ausencia de complicaciones documentadas, puede ser adecuado reevaluar esta contraindicación relativa para la analgesia epidural. [3]

Bibliografía:

1 Kuczkowski KM.Labor analgesia for the parturient with lumbar tattoos: what does an obstetrician need to know? Arch Gynecol Obstet. 2006 Aug; 274(5):310-2. Epub 2006 Feb 21.

2 Douglas MJ, Swenerton JE. Epidural anesthesia in three parturients with lumbar tattoos: a review of possible implications. Can J Anaesth. 2002 Dec;49(10):1057-60

3 Nicolas Kluger, MD, Jean-Christian Sleth, MD and Bernard Guillot, MD Lumbar tattoos and lumbar puncture: the emperor’s new clothes?Canadian Journal of Anesthesia 54:855 (2007)

4 Raynaud L, Mercier FJ, Auroy Y, Benhamou D; SOS ALR. Epidural anaesthesia and lumbar tattoo: what to do? Ann Fr Anesth Reanim. 2006 Jan;25(1):71-3. Epub 2005 Dec 28

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