La decisión de incluir este tratamiento en la cartilla de vacunación de las menores se adoptó en octubre de 2007 por unanimidad en el Consejo Interterritorial (el órgano de coordinación entre el Ministerio de Sanidad y las comunidades). Las autonomías tenían hasta 2010 para hacerlo, pero ninguna ha querido esperar. El objetivo es evitar una enfermedad que cada año se diagnostica a unas 2.000 mujeres en España, y que causa unas 600 muertes al año.
Aunque el cáncer de cérvix es el segundo más frecuente entre las mujeres del mundo, en España su incidencia es muy baja ya que los programas de cribado (las revisiones periódicas, como las citologías o la famosa prueba de Papanicolau) son capaces de detectar las lesiones precancerosas antes de que se desarrollen.
Actualmente, hay dos vacunas que se venden en España y ambas cuestan alrededor de los 450 euros, a lo que habría que añadir el precio del personal y material necesario.
La idea de poner la vacuna a las pequeñas tan pronto es porque ésta sólo sirve si se da antes de que entren en contacto con el virus, que se transmite por vía sexual y está presente en más de un 30% de los adultos. Por eso, hay que aplicar la inmunización antes de que las chicas tengan sus primeras relaciones sexuales.
Fuente: Azprensa.com