Un simple tomate podría servir como portador de una vacuna oral contra el Alzheimer, según un estudio realizado por expertos del Instituto de Investigación en Biociencia y Biotecnología (KRIBB) de Corea, de Digital Biotech y del Departamento de Ciencias Biológicas de la Universidad Wonkwang publicada en la edición ‘on line’ de ‘Biotechnology Letters‘.
Aunque este trabajo está todavía en sus primeras etapas, ya supone un esperanzador primer paso hacia la posibilidad de encontrar una vacuna comestible contra las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, la forma más común de demencia, y su avance en el tiempo.
Esta opción sería posible por la acumulación de beta-amiloides humano, una proteína tóxica que es insoluble y se encuentra en el cerebro y que mata las neuronas. Reduciendo la acumulación de beta-amiloides podría inhibirse la degeneración del sistema nervioso y por lo tanto, puede prevenir o retrasar las primeras señales de Alzheimer. Una primera aproximación sería estimular el sistema inmune para reducir los niveles de beta-amiloides en el cerebro.
El objetivo del investigador HyunSoon Kim y su equipo era desarrollar una vacuna derivada de una planta para luchar contra el Alzheimer, ya que el beta-amiloide es tóxico para los animales. El tomate se perfiló como un candidato atractivo como portador de la vacuna porque puede ser ingerido sin tratamiento de calor, lo que reduce el riesgo de destruir la potencial estimulación inmune.
Los investigadores insertaron el gen beta-amiloide en el genoma del tomate y midieron la respuesta inmune a la proteína tóxica derivada del tomate en un grupo de ratones de 15 meses. Inmunizaron a los ratones por vía oral con la planta transgénica del tomate una vez a la semana durante tres semanas e incluso dieron al ratón un refuerzo siete semanas después de comer su primer tomate. Los análisis de sangre demostraron una fuerte respuesta inmune tras el refuerzo, con producción de anticuerpos contra la proteína extraña.
Los autores concluyen diciendo que, aunque no se registró una reducción de las placas que existían en el cerebro de los ratones que tomaron beta-amiloides derivados del tomate, este trabajo es la única investigación en la que las plantas transgénicas que generan proteínas beta-amiloides son empleadas para producir una vacuna». Ahora, este equipo de investigadores está buscando estrategias para incrementar la potencia de la vacuna, ya que los tomates frescos contienen sólo un 0,7 por ciento de proteína.
Fuente: Azprensa