El aceite de ricino podría ayudar a mejorar la eficacia de las terapias contra el VIH, según un estudio de la Universidad de Stanford en Estados Unidos que se publica en la revista ‘Science’.
Los esfuerzos para crear un fármaco para hacer salir de su escondite al VIH podrían conseguir un impulso de un nuevo método para sintetizar la prostratina, un componente de origen vegetal de difícil obtención.
A pesar del éxito de las terapias antirretrovirales, que atacan a los virus que se están replicando, el VIH es muy difícil de eliminar por completo del organismo porque también existen reservorios latentes que no alcanzan estas terapias.
Algunos estudios han indicado que la prostratina y algunos componentes asociados podrían ayudar a activar los virus latentes y por ello promover resultados a largo plazo de los antirretrovirales actuales. Sin embargo, estos componentes se encuentran en unas pocas plantas, que incluyen el árbol de Samoa y que los especialistas ya utilizan con otros propósitos médicos.
Los investigadores, dirigidos por Paul Wender, describen ahora un método para sintetizar suficiente prostratina que podrían hacer posible estudios médicos en profundidad. El método que han desarrollado es relativamente sencillo y supone un medio para conseguir derivar prostratina, o variaciones de ella, del aceite de ricino.
Fuente: Azprensa