Cuando nos conocimos nos encantaba acariciarnos, besarnos, pasar horas en la cama. Después llegaron los chicos, y de la pasión pasamos al sexo exprés», ironiza entre carcajadas. «Los chicos ahora son grandes y mi marido y yo tenemos más tiempo; pero yo no quiero nada. No sé… me apagué, estoy adormecida». Esto cuenta Eleonora. Una vecina del porteño Parque Chacabuco, empleada administrativa de 48 años que se casó a los 28 y hace tres que no tiene más ganas de perderse entre las sábanas. Ni con su marido, ni con nadie. Dice que «los pajaritos» no le sobrevuelan más la cabeza. Que perdió interés. «Así de fácil», concluye.
Lo que le pasa a Eleonora no es raro. Es la disfunción sexual que más comúnmente sufren las mujeres argentinas: la pérdida del apetito sexual o falta de deseo. Se trata de un diagnóstico coincidente de sexólogos, educadores sexuales y ginecólogos.
Para los científicos resulta una obviedad que las funciones sexuales biológicas estén atadas al avance de la edad. Sin embargo, a través del microscopio de la realidad pueden observarse sorpresas. Los jóvenes de entre 20 y 29 años son los que más consultan por la disfunción sexual de mayor prevalencia entre los argentinos: la eyaculación precoz. Por el mismo motivo consultan uno de cada cuatro hombres de entre 30 y 39 años. Así lo revela un registro de los motivos de consultas realizadas en el Programa de Sexología Clínica del Hospital de Clínicas de 1.033 pacientes, de los cuales el 89 por ciento eran varones.
«Esas tendencias, que corresponden al relevamiento de consultas de 2006, permanecieron sin grandes cambios en 2007. El trastorno sexual que prevalece en primer lugar entre los hombres es la eyaculación precoz, y en segundo lugar la disfunción sexual eréctil, que a la larga puede producir una disminución del deseo sexual», puntualizó el psiquiatra y sexólogo Francisco Argañaraz, del Hospital de Clínicas. Este profesional explicó que «eyaculación precoz es la patología más frecuente entre los hombres porque el control eyaculatorio es una conducta aprendida. El aprendizaje se inicia o se adquiere cuando comienza nuestra vida sexual, con las masturbaciones o manteniendo relaciones sexuales».
Las mujeres, en el relevamiento del Clínicas, representan el 11 por ciento de las consultas. De todas maneras, la mayoría consultó por inhibición del deseo sexual. «No hay estadísticas sobre la prevalencia de la falta de deseo entre las mujeres pero estimamos que de las que padecen algún tipo de disfunción sexual, el 30 por ciento sufre de falta de deseo», asegura Lucila Martin, jefa del consultorio de la sección de disfunciones sexuales femeninas de la división Ginecología del Hospital de Clínicas.
¿Qué razones explican la pérdida del deseo en las mujeres y la eyaculación precoz en los varones? Según la sexóloga y educadora sexual Silvia Salomone, las causas se relacionan con la influencia de algunas características de la sociedad argentina:
Sexofóbica, porque tiene una mala predisposición hacia la sexualidad humana. «Suele degradarla, cosificarla y hacer del ejercicio de la sexualidad un producto de consumo más».
Erotofóbica, porque suplanta el erotismo con lo pornográfico y lo obsceno. «Esta es una sociedad que asocia el erotismo con la violencia y que cultiva el placer a expensas del displacer».
Sin tiempo. «Esta es una sociedad que no le da tiempo a la intimidad ni a la comunicación.
A las características sociales se suman las problemáticas individuales como la autoexigencia laboral, doméstica, la violencia familiar y la falta de comunicación.
Para la psicóloga y antropóloga Fabiana Porracín la conclusión es una: «Devastados en lo biológico, psicológico, vincular, social, económico, cultural y laboral; y comunicados y relacionados cada vez menos, o sólo a través del contacto virtual, estamos generando un hombre más tempranamente enfermo».
Problemas más frecuentes
Ellos
Eyaculación precoz: Incapacidad para ejercer control voluntario sobre el reflejo eyaculatorio.
Disfunción sexual eréctil: Dificultad para lograr o mantener una erección.
Eyaculación retardada: Dificultad para alcanzar el reflejo eyaculatorio.
Ellas
Anorgasmia: Dificultad para alcanzar el orgasmo.
Dispareunia: Dolor durante la relación sexual.
Vaginismo: Contracción involuntaria de las paredes vaginales que impiden la penetración.
Ambos
Fobias: Miedo excesivo a variadas circunstancias sexuales (a la penetración, al cuerpo desnudo, a la relación sexual).
Deseo sexual hipoactivo: ausencia o deficiencia de deseos de actividad sexual.
Fuente: 03.03.08. Diario Clarin. Pilar Ferreyra. www.medicalsex.com.ar – Dr. Francisco Argañaraz. Buenos Aires. Argentina.