Una dieta rica en aceites de pescado podría prevenir, e incluso revertir, patologías asociadas a la obesidad gracias a la acción beneficiosa del ácido eicosapentaenoico (EPA), un tipo de ácido graso omega-3, según una investigación desarrollada en la Facultad de Farmacia de la Universidad de Navarra por la pamplonesa Nerea Pérez Echarri en su tesis doctoral.
El trabajo, realizado en el departamento de Ciencias de la Alimentación, Fisiología y Toxicología, demuestra que este componente de los aceites de pescado disminuye los niveles de triglicéridos y colesterol en sangre, «un efecto muy positivo ya que, como se sabe, el incremento de estos parámetros se asocia con la obesidad y la resistencia a la insulina», aclara la científica, según informó la UN en un comunicado.
Respecto a este punto, su estudio señala que el EPA mejora la resistencia a la insulina gracias a la acción que ejerce en la regulación de dos hormonas caracterizadas recientemente: la apelina y la visfatina.
Por otro lado, la nueva doctora de la Universidad de Navarra ha estudiado varios genes del tejido adiposo relacionados con la regulación del apetito, el gasto energético, la inflamación y la generación de tejido graso (adipogénesis). Un descubrimiento que, según indica, deja patente el papel de la carga genética en el desarrollo de la obesidad.
En este sentido, Nerea Pérez Echarri apunta que esta enfermedad «es la epidemia del siglo XXI, pues trae consigo problemas tan graves como la diabetes o la hipertensión y multiplica por tres el riesgo de sufrir patologías coronarias».
Por ello, destaca la importancia del proyecto «Ingredientes funcionales en la prevención de la obesidad y la resistencia insulínica: mecanismos implicados», financiado por el Ministerio de Educación y Ciencia y en el que se encuentra incluido su trabajo y el de varios investigadores de la línea Nutrición, Obesidad y Salud del centro académico.
Fuente:www.azprensa.com