La cafeína y la realización de ejercicio pueden asociarse a la prevención del cáncer de piel

 La realización regular de ejercicio y el consumo de cafeína protege de los efectos destructivos de los rayos ultravioleta (UVA) y, por tanto, pueden asociarse a la prevención del cáncer de piel, según se desprende de un nuevo estudio de la Universidad de Rutgers (New Jersey) cuyos resultados fueron publicados en el último número de Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) .


Según este estudio, la cafeína y el ejercicio colaboran en la destrucción de células precancerosas cuyo ADN ha sido dañado por los rayos UVA, al experimentar una muerte celular programada o apoptosis. «Si la apoptosis tiene lugar en las células dañadas por el sol, se frenará la progresión del cáncer a través de las mismas», aclaró uno de los autores del estudio, Allan Conney.

Para ello, se observó un modelo experimental vulnerable a la exposición al sol y que fue expuesto a lámparas que generaban radiaciones ultravioletas que dañaban el ADN de las células de su piel. A su vez, se establecieron cuatro grupos, uno que bebía agua cafeinada (equivalente a una o dos vasos de café al día en humanos), otro que se ejercitaba voluntariamente, un tercer grupo hacía ambas cosas, y un cuarto y último grupo que no llevaba a cabo ninguna de estas conductas. 

Comparando las distintas actividades, los bebedores de cafeína mostraron aproximadamente un 95 por ciento de incremento de apoptosis inducida por los rayos UVA, los que se ejercitaron mostraron un incremento del 120, mientras que los que realizaron ambas cosas se acercaron a un incremento del 400 por cien.

La diferencia más significativa entre los grupos procedía de los corredores que también tomaron cafeína, una diferencia que puede «atribuirse a alguna clase de sinergia», según Conney. Los investigadores destacaron que muchos mecanismos del nivel bioquímico pueden ser responsables de los efectos protectores de la cafeína y el ejercicio, pero reconocieron desconocer hasta el momento lo que sucedió sinérgicamente.

Para determinar la extensión de la muerte programada de las células entre los cuatros grupos, el equipo investigador observó los cambios físicos en las células. Los científicos también contaron con los marcadores químicos, como la caspasa-3, una enzima que se relaciona con la muerte de células con ADN dañado, y el p53, un gen supresor de tumores.

«Necesitamos indagar más en cómo la combinación de cafeína y ejercicio está ejerciendo su influencia en los niveles celulares y moleculares, identificando los mecanismos subyacentes», dijo Conney. Conociendo estos mecanismos se podrá entonces dar pasar a ensayos en humanos».

Fuente:www.azprensa.com

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