La combinación de tratamientos preventivos y agudos permiten controlar las migrañas en el 80 ó 90 por ciento de los casos, una enfermedad que afecta, especialmente a mujeres, según ha informado el jefe del Servicio de Neurología del hospital Clínico Universitario de Valencia (España), José Miguel Láinez Andrés.
El doctor Láinez ha presentado, junto al presidente del Consejo Asesor Científico del Colegio de Médicos de Valencia, Carlos Paredes, el informe número 19 que se ha centrado en la ‘Migraña: calidad de vida’ por su importancia para la sociedad dado que se ha detectado un aumento de la frecuencia e intensidad de las crisis especialmente por el ritmo de vida.
Así, ha destacado que los fármacos preventivos permiten reducir la frecuencia y la intensidad de las crisis tras un tratamiento de unos seis meses. Asimismo, ayudan a que los fármacos agudos, como los triptanes, funcionen mejor, que han registrado un avance «espectacular» al evitar que los pacientes tenga que permanecer en cama cuando sufren estos episodios y se puedan incorporar a su vida normal, con lo que se reduce asimismo los «importantísimos costes económicos» que genera la migraña por el absentismo laboral de quien la sufre.
Al respecto, ha explicado que la migraña afecta más a las mujeres que a los hombres, un 17 por ciento frente a un 8 por ciento, por el factor hormonal. De hecho, hasta la pubertad la prevalencia en niños y en niñas es muy similar mientras que tras la primera menstruación en las mujeres la incidencia «se dispara».
Precisamente, expuso que «una de las desgracias» es que hasta este siglo al considerarse como una enfermedad «de mujeres histéricas» no se investigó, lo que en su opinión no hubiera ocurrido si fuera una enfermedad más habitual entre los hombres. Fue cuando se descubrió que se trata de una patología genética cuando se potenciaron los estudios, que han permitido concretar que se trata de una enfermedad hereditaria ligada a los mecanismos de excitabilidad neuronal.
El 20 por ciento de las crisis comienzas en las dos primeras décadas de la vida y excepcionalmente por encima de los 50 años de edad. Sin embargo, el cambio de ritmo de vida ha aumentado este límite de edad, sobre todo las migrañas se dan en las personas que «envejecen bien» y no tienen arteroesclerosis porque «cuando las arterias se endurecen dejan de pulsar y duelen menos».
FACTORES DESENCADENANTES
El doctor Láinez relató que el cerebro del migrañoso responde exageradamente a determinados estímulos. No obstante en la producción de la crisis intervienen múltiples desencadenantes que activan este cerebro hiperexcitable. «La migraña es como un cartucho de dinamita que explota por algunos factores que hacen que se caliente la mecha o que explote», comparó. Por ello, resulta esencial que el médico analice de forma individualizada los factores desencadenantes para poder evitarlos.
El más frecuente es el estrés que, aclaró, surge no por el lugar donde vives sino por la actitud que adoptas frente a la vida, así como hábitos alimenticios como el alcohol, quesos maduros o frutos secos. De este modo, un régimen de vida ordenado, con un ritmo adecuado de sueño, la práctica del ejercicio físico regular y una dieta adecuada pueden ayudar mucho a reducir la crisis. Asimismo, en la aparición de estas crisis influyen también los cambios climáticos o las condiciones ambientales como el aire acondicionado o la sequedad.
El doctor Láinez aconsejó acudir al médico cuando se padece un dolor excepcional, incluso ir a urgencias, cuando los dolores de cabeza son recurrentes aunque no sean fuertes, cuando se toma analgésicos más de dos veces por semana o cuando se sufren cefaleas raras.
No obstante, subrayó que los dolores fuertes de cabeza no son indicativos por sí solo de padecer una enfermedad más grave como un tumor ya que estos casos suelen ir siempre acompañados de más síntomas. De hecho, señaló que sólo 1 de cada 20.000 casos el dolor de cabeza es síntoma de un cáncer.
Fuente:www.azprensa.com