El Profesor Jacques Marescaux y su equipo realizaron con éxito la primera operación sin cicatriz, con la ayuda de un endoscopio flexible, consistente en la extirpación de la vesícula biliar por vía transvaginal, en una paciente de 30 años de edad, en el Hospital Universitario de Estrasburgo.
Esta primera intervención, denominada “Operación Anubis”, fruto del proyecto del mismo nombre, fue presentada en Las Vegas, en el Congreso de la Sociedad Americana de Cirugía Endoscópica (SAGES), y fue acogida con gran entusiasmo por la comunidad médica.
El proyecto Anubis, que pretende desarrollar la cirugía a través de los orificios naturales del cuerpo, sin ninguna incisión cutánea, constituye un gran paso para esta fase de la cirugía no invasiva. La etapa siguiente consiste en la validación de las otras vías de abordaje, como por ejemplo la transgástrica.
Los principales beneficios de esta cirugía incluyen la disminución/abolición del dolor postoperatorio, la facilidad de acceso a ciertos órganos y la ausencia de traumatismo de la pared abdominal. Además conlleva una ventaja estética y psicológica, a la hora de eliminar posibles traumas causados por la intervención, siendo una prueba de que no hay límite al desarrollo de la tecnología para reducir el traumatismo físico y emocional ligado a la cirugía clásica.
El éxito de la cirugía realizada en el Hospital Universitario de Estrasburgo es el resultado de tres años de investigación dentro del contexto del Proyecto Anubis avalado por el Centro de Competitividad “Innovaciones Terapéuticas”.
La intervención quirúrgica se realizó en el Hospital Universitario de Estrasburgo por un equipo multidisciplinario dirigido por el Profesor Jacques Marescaux en conjunto con el equipo de cirugía digestiva, un gastroenterólogo intervencionista y un ginecólogo, y consistió en una colecistectomía sin incisión a nivel de la piel y de la pared abdominal.
La totalidad de la intervención quirúrgica pudo realizarse gracias a la introducción a través de la vagina de un endoscopio flexible. La única “agresión” de la pared abdominal fue la colocación de una aguja de 2 mm que permite la insuflación de un gas carbónico necesario para la distensión del abdomen y la monitorización de la presión de insuflación.
Todas las reglas de la cirugía biliar convencional y laparoscópica fueron respetadas, el acto quirúrgico fue realizado utilizando alternativamente una disección con bisturí eléctrico, con tijeras endoscópicas específicas y la colocación de clips para el control de la arteria que vasculariza la vesícula biliar, y del canal cístico que permite la eliminación de la bilis dentro del colédoco. La calidad de la imagen fue perfecta, y en ningún momento hubo necesidad de convertirla en una operación cirugía convencional. La extracción de la vesícula se realizó después de haberse colocado dentro de un saco de protección, a continuación la vagina fue suturada en forma hermética.
Fuente:www.azprensa.com