Las mujeres que fuman pueden sufrir un aumento de la sequedad y atrofia genital, ver acelerada su menopausia y padecer una disminución de los estrógenos. Así lo ha dicho Santiago Palacios, director del Instituto de Salud y Medicina de la Mujer, a través de un comunicado sobre el VII Encuentro Nacional de Salud y Medicina de la Mujer.
“El hábito tabáquico provoca arterosclerosis”, que genera “una disminución del flujo sanguíneo que, en la mujer, aumenta el riesgo de sequedad vaginal y atrofia genital”. Esto conlleva una aceleración o agravamiento “de forma importante, de la falta de deseo sexual en la mujer, o trastorno del deseo sexual hipoactivo, patología de la sexualidad más frecuente en la mujer”.
La doctora Charo Castaño –participante en el encuentro-, explicó que el 33 por ciento de las mujeres con una edad comprendida entre los 18 y 59 años sufre una disminución del deseo sexual, que encuentra su origen en cuestiones psicológicas, hormonales o en una combinación de ambos factores, según muestran estudios estadounidenses. La sexóloga señaló que la falta de deseo sexual es “una de las disfunciones más frecuentes en las consultas e ginecología y sexología”.
“Los estados depresivos, la ansiedad y la angustia” son algunos de estos orígenes psicológicos individuales de la mujer. A la hora de tratar los posibles problemas de pareja que devienen en esta ausencia de deseo sexual, las “diferencias en los valores, el sentimiento de tarea u obligación ante el sexo, la saturación sexual, la preocupación de los hombres por estar a la altura y la frustración orgásmica en la mujer”. Sin embargo, el tabaco también tiene su papel en esta reducción.
Fuente:www.azprensa.com