(El Mundo.es) Rojo, negro, rubio e incluso azul. Cada vez más mujeres y también hombres deciden cambiar el color de su pelo. Esta tendencia, junto con el descenso de la edad de las personas que se tiñen, está aumentando los casos de alergias a los tintes en todo el mundo. Picor y enrojecimiento del cuero cabelludo son las consecuencias más comunes.
Un editorial, publicado en ‘The British Medical Journal’ (‘BMJ’), analiza el potencial alergénico de uno de los principales componentes de los tintes de pelo, la parafenilenediamina (PPD). Ésta y otras sustancias de la familia de las aminas aromáticas llevan más de un siglo presentes en los tintes de pelo y, actualmente, dos de cada tres cuentan con ellos en su composición.
Hace algunos años, según explican los autores del artículo, en Alemania, Francia y Suecia se prohibió la presencia de la PPD en los tintes de pelo (en España nunca llegó a retirarse). La Unión Europea (UE) regula su presencia y prohíbe que ésta supere un 6% de la composición de los tintes (un 3% al añadirlo a la solución oxidante necesaria con la que se obtiene el color).
«En los que se comercializan el control es más exhaustivo y este porcentaje de concentración se suele cumplir. No obstante, en los tintes que se realizan en las peluquerías el control es más difícil y, en ocasiones, no se cumple dicha normativa», explica a elmundo.es Manuel Fernández, del Grupo de Dermatología Pedro Jaén.
Como ha ocurrido en otros países del mundo, algo de lo que se hace eco el editorial del ‘BMJ’, la incidencia de este tipo de alergias también se ha incrementado en España. «Hemos notado en la consulta un aumento muy considerable. De hecho, hace unos años los casos que diagnosticábamos eran anecdóticos y en la actualidad es raro el mes en el que no diagnosticamos dos o tres«, destaca Fernández.
Como explica este dermatólogo, la alergia de contacto «se manifiesta en los pacientes como un picor y enrojecimiento del cuero cabelludo, incluso descamación […] En casos graves, las lesiones se pueden generalizar más allá, producir urticarias generalizadas e incluso angioedema (ronchas e hinchazón) con riesgo de insuficiencia respiratoria».
Los adultos tienen más riesgo de desarrollar este trastorno. «Se produce por exposiciones reiterativas y, por tanto, la norma es diagnosticar esta patología en pacientes de más de 40 años […] Cuantas más exposiciones se realicen, el organismo reacciona produciendo anticuerpos contra este producto, que es lo que a largo plazo produce la alergia», explica el especialista español.Además de la cantidad de veces que una persona se tiña el pelo a lo largo de su vida, también es fundamental el porcentaje de PPD presente en el tinte. «Causa la mayoría de las alergias producidas a los pacientes que se tiñen y también de las incapacidades dentro de la profesión de la peluquería». Tampoco se debe olvidar, añade este experto, «que hay un factor de predisposición personal (genético) que desempeña un papel importante».
Mas riesgo en los niños
El artículo de opinión de ‘BMJ’ hace especial hincapié, por otro lado, en el aumento del número de personas que deciden cambiar el color de su pelo. Según explican sus autores, en 1992 una encuesta de la asociación Japan Soap and Detergent realizada en Tokio destacaba que un 13% de las estudiantes de instituto, un 6% de las mujeres con una veintena de años y un 2% de los hombres de esta misma edad se teñían el pelo. En 2001, estos porcentajes aumentaron hasta un 41%, 85% y 33%, respectivamente.
Los autores destacan que también se han detectado este tipo de reacciones alérgicas en niños. A este respecto, Manuel Fernández recomienda no emplear tintes en menores de 16 o 18 años. «En ellos la posibilidad de desencadenar una dermatitis de contacto o alergia […] es mucho mayor. De hecho, los dermatólogos incluso evitamos el empleo de cremas con perfumes en niños, porque tienen mucha más capacidad de desarrollar dermatitis alérgicas que los adultos».
Por último, este médico destaca que «en general los tintes que se emplean en la actualidad no dañan el folículo piloso en exceso». Y recalca, no obstante, el riesgo que sí suponen las anilinas. «Algunos tintes permanentes (sobre todo en los oscuros) las llevan en su composición. Está demostrado que esta sustancia se absorbe a través del cuero cabelludo y se asocia a un riesgo incrementado de cáncer de vejiga con el paso de los años. La UE prohibió el empleo de estas sustancias, pero todavía aún podemos encontrar tintes que llevan estas sustancias en su composición».»Las presiones culturales y comerciales para teñirse el pelo y, quizás, la generalización de la obsesión por la ‘cultura de la juventud’ están poniendo a la gente en riesgo y aumentando la carga en los servicios sanitarios. Pero es posible que no sea sencillo revertir esta tendencia ya que algunos pacientes continúan utilizando estos tintes incluso cuando se les informa de que son alérgicos», concluye el mencionado editorial.
Fuente: El mundo.es