219 millones de menores de cinco años no alcanzan el pleno desarrollo de sus capacidades cognitivas por culpa de la pobreza, que conlleva una escasa salud y nutrición y un cuidado deficiente. Así lo pone de manifiesto un estudio publicado en el último número de la prestigiosa revista The Lancet.
Según la investigación, 89 millones de estos niños habitan en el sur de Asia. El 66 por ciento del total de más de 200 millones de niños que viven en situación de pobreza son habitantes de diez países: India, Nigeria, China, Bangladesh, Etiopía, Indonesia, Pakistán, República Democrática del Congo, Uganda y Tanzania.
Según Sally Grantham-MacGregor, una de las responsables del estudio, “estos niños, probablemente, irán mal en la escuela y, consecuentemente, tendrán bajos ingresos, alta fertilidad y procurarán un pobre cuidado a sus propios hijos, lo que contribuirá a una transmisión intergeneracional de la pobreza”.
Este estudio se ve complementado por dos más. En la segunda entrega, los científicos han identificado las causas principales del desarrollo infantil: retraso en el crecimiento, deficiencias de yodo y hierro y una inadecuada estimulación social, cognitiva y emocional. Además, otros riesgos potenciales son la depresión materna, la exposición a arsénico y algunas enfermedades infecciosas, como la malaria o el VIH/sida.
Intervenir sobre estas causas desencadenantes, permitiría reducir la carga de desarrollo deficiente en estos niños, explicaron los autores del estudio. Así, señalaron que estimulando a los menores a través de programas que incorporen juegos y mejorando su entorno en casa mediante la educación de los padres conllevaría beneficios permanentes en su cociente intelectual y en su rendimiento escolar. Si a esta estimulación psicosocial se le sumara una mejor dieta, explican los investigadores, los beneficios serían aún mayores.
Fuente:www.azprensa.com