El polonio-210, ese producto radiactivo ahora de actualidad tras saberse que ha sido el arma asesina que acabó con la vida de le ex espía ruso Alexander Livtinenko, también está en el tabaco junto a otros 69 elementos cancerígenos, y es cuando menos uno de los principales responsables, sino el que más, de los tumores de pulmón, según aseguran los expertos del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT).
Este isótopo, descubierto por primera vez en 1898 por Pierre y Marie Curie en la pecblenda (uraninita), se emplea hoy principalmente en la producción de fuentes de neutrones en centros de investigación y en centrales nucleares, pero también está presente en las hojas del tabaco, al que sigue acompañando en sus formas comercializadas.
De hecho, se sabe que aunque toda persona contiene en su organismo polonio-210 en concentraciones muy bajas (del orden de una billonésima de gramo), quienes más acumulan son los fumadores.
También se dispone de información que indica que este elemento radiactivo de manejo muy peligroso, tiene una capacidad muy baja de penetración en el cuerpo salvo si se bebe o se fuma su sal. Es entonces cuando resulta muy nocivo, aseguran los especialistas del CNPT, integrado por diversas sociedades asociaciones y sociedades científicas españolas, como la Epidemiología, Especialistas en Tabaquismo o la de Neumología y Cirugía Torácica.
El presidente de este comité, el doctor Rodrigo Córdoba, asegura en este sentido que el polonio-210 se ha localizado en el epitelio broncopulmonar de los fumadores y que está demostrado que puede causar cáncer de pulmón en animales de laboratorio expuestos a dosis equivalentes a una quinta parte de la cantidad que ingiere un fumador medio a lo largo de la vida.
Asimismo, indica que un fumador de 2 paquetes al día absorbe una radiación que multiplica por siete la que procede del gas radón, un reconocido cancerígeno ambiental que se encuentra de modo natural en el subsuelo.
Lo que “sorprende”, en cualquier caso, a este médico “es que cunda la alarma por los sucesos que estamos oyendo estos días, relacionados con el trágico fin del ex espía ruso, y no se repare en que el polonio-210 y muchos otros venenos abundan en domicilios y lugares públicos por culpa del tabaco”.
Subraya al respecto que, aparte del polonio, en el tabaco hay 69 productos especialmente nocivos, de los cuales 11 han demostrado poder cancerígeno en la especie humana. Entre ellos están los alquitranes (como los utilizados para asfaltar carreteras y calles), el arsénico (veneno mortal muy potente que se utiliza para matar hormigas), el cadmio y níquel (metales pesados utilizados en baterías que se van depositando en el riñón a lo largo de toda la vida), el cloruro de vinilo (otro carcinógeno), creosota (utilizada para tratar las traviesas de madera de los antiguos ferrocarriles), el formaldehído (conservante orgánico usado en laboratorios forenses y anatomía patológica), o el uretano, una especie de corcho sintético blanco utilizado para embalajes. Así hasta un total de 69 de los cuales 11 han demostrado su poder cancerigeno en la especie humana.
“De ahí la explicación de que el humo de tabaco cause 10 tipos de cáncer distintos, entre los cuales el de pulmón sólo es el más frecuente y motivo de 15.000 fallecidos cada año en España”, concluye el doctor Córdoba.
Fuente: www.azprensa.com