Expertos destacan el ph vaginal como importante parámetro para los ginecólogos a la hora de determinar el estado de salud de la mujer

Las alteraciones del pH vaginal pueden ser indicativas de diferentes problemas o infecciones vaginales, como por ejemplo la vaginosis o vaginitis. Un pH desviado normalmente viene seguido de molestias vaginales como sequedad, irritación, quemazón, dispareunia, prurito o disuria, según se desprende de un estudio epidemiológico, que bajo el nombre de Epheso, representa, según sus responsables, “el más amplio realizado hasta el momento sobre esta cuestión”.

Dicho trabajo, que está avalado por la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) y la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM) y que está aprobado por el Comité de Investigación Clínica, pone de manifiesto el gran valor que este parámetro tiene para el ginecólogo a la hora de determinar el estado de salud de la mujer.

Según señala el doctor Santiago Palacios, investigador principal de Epheso, “este estudio revela la necesidad de conservar o corregir en el que caso que esté alterado el pH, para evitar patologías no sólo vaginales, sino también otras patologías que pueden derivarse de alteraciones vaginales importantes”.

En dicho estudio se relaciona el pH vaginal con distintas variables como el peso, la actividad física, la situación laboral y la sexualidad de las mujeres que han participado. De este análisis se observa como una mujer con una mayor actividad física y laboral conseguirá unos valores de pH más adecuados a cada momento de su vida. Así, la práctica de ejercicio moderado se asocia a valores de pH más bajos, por lo tanto, más ácidos. Respecto a la mujer activa, se observa un pH más ácido que el ama de casa. Una posible explicación según los investigadores del estudio podría tener una base “sociológica”: podría ser que la mujer considerada activa se preocupa más por su cuidado personal, su aspecto externo y esto conlleva indirectamente una acidificación de su pH vaginal. Con estas conclusiones, se confirma una vez más la relación entre la práctica de ejercicio físico y una vida activa con una buena salud.

Ph vaginal y sexualidad

Otro de los resultados más sorprendentes del estudio es la correlación estrecha que se observa entre el pH vaginal con la sexualidad de las mujeres españolas. El estudio muestra cómo las mujeres que manifestaron una mayor satisfacción sexual presentaban valores de pH más bajos y equilibrados, así como aquellas que mostraron un mayor interés sexual también presentaban valores de pH más adecuados.

Según la doctora Rosario Castaño, sexóloga y coordinadora del Grupo de Estudio sobre Sexualidad de AEEM-SEGO, este hecho se explica porque “las mujeres dan importancia a estar y sentirse bien y cuanto más se cuidan más conocen su cuerpo y más seguras se sienten de si mismas y eso influye de forma positiva en su deseo sexual y en sus relaciones sexuales”. Respecto a este tema, la doctora añade “en definitiva en este estudio se pone de manifiesto que cuanto mejor es el estado de salud global de la mujer, mayor es el índice satisfacción respecto a la salud sexual. Si la mujer se siente bien consigo misma hay un mayor interés y deseo sexual y la frecuencia en las relaciones sexuales aumenta”

Los resultados de este estudio destacan la importancia de la prevención y mantenimiento de la salud vaginal y global. Según el doctor Palacios “es importante que la mujeres sepan que existe un pH vaginal y que es importante mantenerlo para la conservación del estado fisiológico natural y que eso significa una protección hacia agresiones externas. Para mantenerlo o corregirlo actualmente las mujeres cuentan con varias posibilidades. Simplemente el uso de champús o jabones adecuados van a poder mantener el pH vaginal”.

Higiene

Los datos resaltan la importancia de los cuidados específicos requeridos por cada etapa por la que pasa la mujer. Para el bienestar de cada día, es necesario mantener una correcta higiene del área genital femenina porque la humedad que genera la orina, el flujo, el sudor unido a la poca ventilación de la zona, la hace susceptible al ataque de microorganismos.

Por otro lado, las atenciones al cuidado íntimo adquieren especial importancia cuando aumentan las posibilidades de alteración del ecosistema vaginal: después del ciclo menstrual, tras secreciones vaginales intensas o por el uso de cremas anticonceptivas o geles.

Asimismo, los gimnasios, la piscina y la playa son lugares en los que se recomienda extremar las precauciones y utilizar productos que contribuyan al equilibrio de la zona vulvo-vaginal. También el embarazo es uno de los periodos más importantes en la vida de la mujer, una época en la que se debe prestar especial atención a los cuidados íntimos ya que pueden surgir algunas infecciones que podrían llegar a repercutir en el feto.

Fuente: Azprensa

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