El zinc podría participar en la conducta de aprendizaje, según sugiere un estudio de la Escuela de Medicina de Harvard en Belmont (Estados Unidos) realizado en ratas. Las conclusiones del estudio se publican en la edición digital de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Los investigadores han determinado en un estudio realizado en animales de experimentación que la liberación de zinc procedente de ciertas células cerebrales depende de impulsos dirigidos a la amígala, una región del cerebro que participa en el aprendizaje emocional, y el zinc podría por ello jugar un papel importante en el mecanismo neuronal de la conducta de aprendizaje. Las señales son transmitidas de neurona en neurona a través de la liberación de neurotransmisores químicos a través de la sipnasis.
Según los científicos, las vesículas sinápticas que contienen el neurotransmisor glutamato también contienen zinc, pero continúan sin conocer la función de las vesículas de zinc bajo condiciones fisiológicas normales.
Los científicos estudiaron secciones cerebrales de la amígdala de animales de experimentación y descubrieron que la activación de la corteza auditoria desencadenó la liberación de zinc. La amígdala recibe entradas de tanto de la corteza auditoria como de las regiones auditorias del tálamo del cerebro. Cuando el zinc es liberado, disminuye la inhibición de las neuronas en la amígdala, convirtiendo a la sinapsis excitatoria en más susceptible a las modificaciones duraderas, lo que a su vez se cree que es lo que subyace a la adquisición de memoria.
Los investigadores sugieren que esta liberación específica de entradas de zinc podría ser un potente mecanismo que subyace a ciertas formas de aprendizaje y memoria.
Fuente: AZprensa