Siete de cada diez personas que en nuestro país consumen habitualmente ansiolíticos son mujeres, un medicamento que, a pesar de ser “muy eficaz” contra los problemas de estrés prolongado “no está exento de riesgos ante un uso continuado del mismo”, según ha afirmado Catalina Vicens, del Equipo de Atención Primaria Son Serra-La Vileta, en Palma de Mallorca.
La especialista hizo estas afirmaciones en el marco de unas jornadas de actualización en Medicina de Familia, organizadas por la Semfyc, los pasados días. Además, explicó que “aunque no sabemos con exactitud el por qué de que sean mujeres las que más consumen este tipo de medicamentos, entre las hipótesis que barajamos se encuentran el que sean éstas en las que recaiga, en muchas ocasiones en solitario, la carga familiar, además de su jornada laboral”.
“El perfil del paciente, la dosis que ingiere y el tiempo que consume este medicamento” son algunos de los factores desencadenantes de la dependencia a este tipo de medicamentos, afirmó Vicens y señaló que “a partir de la cuarta o quinta semana, se detecta un inicio de la dependencia”, aunque sólo a los tres meses del consumo se puede afirmar con seguridad que la persona es dependiente del fármaco.
Ante esta situación de dependencia, es preciso abandonar el tratamiento “de forma gradual, para que no aparezca el síndrome de abstinencia”. Este periodo debe durar “entre ocho a diez meses, si bien siempre dependiendo del perfil de cada paciente”, concluyó.
Fuente: Azprensa