Por todos es conocido que la exposición a la luz aumenta la alerta y actuación en los humanos, pero en pequeñas cantidades se relaciona con la base neurológica por esos mismos efectos, especialmente aquellos asociados con la exposición a la luz del día. Ahora, si los sujetos se exponen a la luz e imaginan sus cerebros mientras desarrollan una prueba cognitivo, los investigadores han identificado regiones del cerebro relacionada en los efectos o en la función cerebral a la exposición de la luz. Son las conclusiones de un estudio de Gilles Vandewalle y Pierre Maquel de la Universidad de Liége, Derk-Jan Kijk de la Universidad de Surrey, entre otros, que será publicado mañana en el diario ‘Current Biology’.
Nuestro cerebro no usa la luz solamente para formar imágenes del mundo. Los niveles de luz del ambiente se detectan mediante el sistema nervioso y, sin formar ninguna imagen, influyen profundamente en la función cerebral y en varios aspectos de nuestra fisiología. Estas respuestas son inducidas por un sistema especial del cerebro que no forma imágenes (NIF). En estudios sobre humanos, el trabajo se ha centrado en los efectos a la luz de la noche, pero se conoce poco sobre los efectos de la luz del día.
El estudio actual muestra que una corta exposición en la mañana (21 minutos) incrementa la alerta y estimula las respuestas del cerebro en una prueba experimental que requiere atención sólo para oir. Los resultados también muestran que la exposición a la luz, incluso durante el día, puede modular rápidamente la función cerebral en zonas relacionadas con la alerta y el proceso cognitivo no visual.
Fuente: www.azprensa.com