De sexo, ¡ni hablar!

No son homosexuales, tampoco heterosexuales o metrosexuales. Se definen como asexuales, rechazan cualquier asociación con santidad o pureza, no se consideran superiores al resto de la humanidad como lo hacen los abstinentes, pero tampoco quieren que los vean como bichos raros ni como enfermos, y comienzan a organizarse y a buscar espacios en una sociedad en la que el sexo parece estar en acecho permanente.

Frente a esta tendencia, las preguntas son muchas y lo mismo que ocurre con el homosexualismo, la primera de todas es si se nace así, asexual, o si es una reacción a la sobreoferta de erotismo. Anthony Bogaert, psicólogo y sexólogo de la Universidad de Brock, en Ontario, Canadá, asegura que el 1% de la población mundial adulta es asexual, cantidad que otros estudiosos aseguran que llega a 3%.
Hay seres humanos que vienen al mundo con una secreción hormonal menor, que carecen prácticamente de impulsos sexuales o que si los tienen no se despiertan con el contacto humano. Pero, además, hay tipos de anemia que producen pérdida del apetito sexual, efecto que también pueden causar la depresión y el estrés. Son condiciones temporales, la mayoría de las cuales es tratable, aunque algunos viven toda la vida con un desequilibrio físico sin saberlo.

«No me atraen los hombres ni las mujeres, así de simple.» Geri Rich Jones, fundadora de la Sociedad Asexual Americana
Los sexólogos aceptan que es posible vivir sin sexo y que la falta de sexo acaba por atrofiar la sexualidad. Lo dice el refrán: «Si abandonas a la lujuria un mes, ella te abandona tres». Pero no creen que la omnipresencia del sexo lleve a la asexualidad y consideran que no es normal –salvo excepciones obvias como abuso y experiencias sexuales traumáticas– sentir repugnancia por una función biológica, aunque no descartan que el bombardeo sexual de la publicidad, el cine y la televisión pueda ser causa de conductas de ese tipo.
Philip Hodson, miembro de la Asociación de Psicoterapia de Gran Bretaña, asegura que muchos terminan suprimiendo el deseo porque no se identifican con la imagen del sexo que venden los medios, que sobrevalora lo genital y el coito, y subvalora los aspectos afectivos y emocionales de las relaciones físicas. De ahí que analistas del tema, como Anne Dufourmantelle, filósofa y psicoanalista, y autora del ensayo Blind date, sexe et philosophie (Cita a ciegas, sexo y filosofía), considere normal que algunos terminen rechazando el sexo de manera consciente o inconsciente como respuesta a la sexualización de todos los objetos de consumo, incluido el ser humano.
Finalmente, tampoco puede descartarse que el temor excesivo a las enfermedades de transmisión sexual, y sobre todo al sida, también puedan afectar la vida íntima de algunos individuos e, incluso, conducir a la asexualidad. Pero, también están aquellos que simplemente quieren serlo, así, sin más explicación que un nuevo estilo de vida donde el sexo no ocupa lugar alguno.

No a la cama
El tema de la asexualidad lo puso hace poco sobre el tapete el diario madrileño El Mundo que, entre otros casos, citó el de Lucía, una filóloga de 33 años, que nunca ha tenido relaciones sexuales y de quien los médicos aseguran que no presenta problema físico que explique su falta de respuesta a los estímulos sexuales. «Mi cuerpo nunca ha reaccionado como debería –dice en el reportaje–. He tenido varios novios que han intentado estimularme hasta la saciedad, pero yo, como si nada. De alguna manera no comparto ese tipo de intensidad emocional, ni tampoco la necesidad de estar todo el día pegada a alguien».
El asunto, que no parece ser visible ni en Colombia ni en otras sociedades de América Latina, es motivo de interés en Europa y Estados Unidos, donde los asexuales ya tienen organizaciones y sitios en internet para buscar a otros que, como ellos, quieren establecer relaciones sin cama de por medio. Un caso conocido es el de Geri Rich Jones, cantante y fundadora de la Sociedad Asexual Americana, a quien su primer novio la dejó, precisamente, por falta del sexo. «La única vez que lo intentamos sentí muchísimo asco y eso no ha variado en absoluto, así que dudo que se trate de algo temporal–dice–. No me atraen los hombres ni las mujeres. Así de simple».

«El sexo es la más grande nada de todos los tiempos.» Andy Warhol
Fue un joven, David Jay, hoy de 24 años, de San Luis, Missouri, el primero que se lanzó al ruedo y abrió un espacio en internet que llamó AVEN (Asexual Visibility and Education Network o Red de Visibilidad y Educación Asexual) en 2001, porque tenía con quién hablar del tema, carecía de información y no sabía cuál era su lugar en la sociedad. «Ser asexual es como sentirse ateo en el Cinturón de la Biblia –decía Jay en entrevista concedida a Le Monde–. A la gente le cuesta trabajo admitir la idea de una ausencia de deseo sexual. Yo no me lo callo, puedo hablar de sexo con mis amigos pero el acto sexual no me interesa». Hoy, la red de Jay cuenta con miles de suscriptores en todas partes del mundo.

La pregunta del millón
¿Es posible la pareja sin sexo? La estadounidense Terri Barret, casada por tercera vez y madre de una niña, asegura que sí siempre y cuando se tengan en cuenta los deseos de los dos miembros de la pareja. «Pasé años manteniendo relaciones íntimas por el solo hecho de complacer a mi pareja y eso me hacía infeliz –cuenta–. Durante el embarazo y el posparto me sentía aliviada porque tenía una excusa perfecta para no hacer el amor, pero por fin he encontrado a alguien dispuesto a aceptarme como soy, que no me exige algo que no puedo darle y, aunque comprendo que puede resultar injusto para él, tenemos una vida afectiva basada en el amor y el respeto».
José, un colombiano de 41 años, dice que «no hay renuncia cuando no ha habido deseo». Y Teresa, de 32, describe el sexo como lo hizo alguna vez Andy Warhol, como «la más grande nada de todos los tiempos». Por su parte, Juan Felipe, un diseñador de 24 años, asegura que «el sexo no es una prioridad en la vida y hay muchas más cosas que hacer». Un pensamiento que coincide con el eslogan de AVEN: «Si el sexo no es divertido, encuentra otras cosas en la vida que sí lo son».
El psicólogo Jacques Waynberg dice que el problema es que todo el mundo piensa que la sexualidad es indispensable y que en eso el efecto viagra no ayuda. «Obligamos al individuo a obedecer a un cuerpo social y no respetamos su libertad –dice–. La pulsión sexual no es analizable, es aleatoria. Los ‘anormales’ serían aquellos que no aceptan la negación del deseo». Por eso, la sociedad está en mora de aceptar esta nueva opción sexual.

¿Soy asexual?
La asexualidad es una condición subjetiva. No existen ni criterios ni exámenes para medirla. No todos experimentan la asexualidad de la misma manera. Sin embargo, existen ciertas categorías basadas en los siguientes factores:
Atracción. Los asexuales difieren mucho en el planteamiento de sus relaciones afectivas. Algunos se sienten muy atraídos por otros y quieren desarrollar vínculos de intimidad con su pareja, pese a que ello no implique sexo. No es extraño que tiendan a considerarse bisexuales u homosexuales. Otros no sienten atracción alguna, no encajan dentro de ninguna orientación sexual y es habitual que lleguen a enamorarse.
Libido. Hay formas diversas de experimentar la libido. Algunos se excitan con regularidad pese a que no haya intención de intimidad sexual. En estos casos, la masturbación es la opción habitual. Para otros, la libido es una molestia que prefieren ignorar. No se excitan ni quieren un tratamiento médico porque no lo consideran un problema.
Relaciones. La asexualidad puede intervenir en las relaciones sociales de muchas formas. Algunos se sienten a gusto en soledad y tienden a aislarse, pero la mayoría es activa socialmente y se preocupa por cultivar amigos que los apoyen y comprendan. De éstos, algunos incluso se involucran sentimentalmente con otros, pese a que la barrera entre amistad y pareja tiende a resultar ambigua y poco clara.
Preguntas. ¿Cuál es la diferencia entre asexualidad y celibato? El celibato implica abstención voluntaria, los asexuales no sienten deseos de relaciones sexuales.
¿Un asexual puede llegar a enamorarse? Las relaciones sin sexo pueden ser tan cercanas e íntimas como las otras. El sexo es una manera de expresión emocional, pero no la única. Sin embargo, mientras muchos asexuales deciden formar pareja, otros prefieren limitarse a una amistad fuerte. ¿Hay muchos asexuales? Pese a que algunos individuos no se sienten atraídos sexualmente por otros, muy pocos se consideran asexuales, tal vez porque no se habla de ello en forma abierta y hasta ahora no se consideraba una opción. Las páginas web para asexuales ayudan a entender la situación y tomar las cosas con calma.
Basado en los cuestionarios de la página AVEN en www.asexuality.org.

Fuente: Cambio.com – Colombia. Base de datos: Dr. Francisco Argañaraz – sexologiamed@ciudad.com.ar

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