Ahora sé lo que sienten las mujeres», dijo la paciente de 50 años a los médicos cuando les contó que por primera vez en su vida había sentido un orgasmo. Hacía unos meses se había animado a ir al Hospital de Clínicas de la Ciudad de Buenos Aires para consultar por qué ella no gozaba del sexo. Después de varias entrevistas, la situación había cambiado.
El caso para los especialistas del Clínicas representa un fenómeno que creció en los últimos diez años: las mujeres se animan a ir a los consultorios para mejorar su sexualidad. Eso fue lo que opinaron sexólogos, ginecólogos-obstetras, psicoanalistas, sociólogos y educadores sexuales consultados por Clarín.
Pero las causas de esta tendencia varían según el área desde donde se expliquen y también del género de quién las emita. Para la mayoría de los sexólogos —por ejemplo— la aparición del Viagra en julio de 1998 marcó el despegue de esta tendencia, algo que aparentemente poca relación tendría con el mundo femenino. Para las sexólogas y psicólogas, en cambio, las causas son otras dos: la difusión mediática de la temática sobre sexualidad femenina y el aumento de la oferta de espacios institucionales —por ejemplo, hospitales— donde se da información sobre reproducción y sexualidad.
Para los especialistas, hoy las mujeres urbanas —de todas las clases sociales y de más de 40 años— que no están conformes con lo que les pasa en la cama se animan a buscar ayuda profesional en los hospitales públicos. A los consultorios privados traen inquietudes parecidas las mujeres de clase media y alta.
«En los últimos 10 años, la consulta de disfunciones sexuales femeninas aumentó un 70 %», aseguró la ginecóloga y sexóloga Lucila Martín, Jefa de los consultorios de Disfunciones Sexuales Femeninas del Clínicas.
«Una de cada 10 consultas es de mujeres. Una década atrás la relación era 1 de cada 30, o ninguna», afirmó el sexólogo Francisco Argañaraz (sexoysalud@ciudad.com.ar), que atiende consultas de sexología en el Servicio de Urología del Clínicas. Para Argañaraz —al igual que para el sexólogo Juan Carlos Kusnetzoff del programa de sexología clínica de la Facultad de Medicina de la UBA— las mujeres heterosexuales consultan más debido «a la expansión de la actividad sexual de sus compañeros gracias al Viagra».
Para Silvia Salomone —obstetra, sexóloga y educadora sexual— siempre fueron más mujeres al consultorio privado que hombres aunque «ahora ellas también van a los públicos porque se abrió la oferta de programas sobre sexualidad reproductiva y los profesionales aprovechan para hablar sobre sexualidad erótica. No creo que la razón sea el Viagra». Coincide con Salomone la psicóloga clínica que trabaja en la Fundación Para el Estudio e Investigación de la Mujer, Cecilia Correa: «El punto de partida no es el Viagra. Más bien aparecieron noticias en los medios posicionando a la mujer desde un lugar distinto y también se multiplicaron los programas en instituciones sanitarias sobre salud reproductiva».
Y si es verdad que los medios hace más de diez años hablan sobre la liberación de la mujer en todos los campos, incluso el sexual, en los últimos tiempos la descarga fue enfática. Tal el caso del programa «Alessandra, tu sexóloga» que la puertorriqueña, Alessandra Rampolla, condujo por un canal de aire.
Eugenia Trumper, coordinadora general del programa de Salud Reproductiva y Procreación Responsable de la Capital, coincide con Salomone y Correa en que «esta difusión permitió hacer entender a la mujer que ella tiene muchas posibilidades de ejercer una sexualidad más plena».
El Jefe de la División de Ginecología del Clínicas, Sergio Provenzano, confirma que «hay una tendencia mayor en la mujer a buscar más conocimiento sobre su sexualidad para poder disfrutarla». Provenzano, ginecólogo y obstetra, asegura que el 95 % de las consultas privadas son por prevención, aunque «cuando se genera confianza, se termina respondiendo preguntas que jamás se harían a otro profesional» .
El hito histórico de la libertad sexual femenina fue la aparición de la píldora anticonceptiva en los 50 y su masificación en la década del 60. La búsqueda de placer dejó de ser un «vicio» de las «malas» y un gusto de los hombres. «La mujer comprendió que la sexualidad no es sólo para la satisfacción del otro sino también para su satisfacción», analizó la socióloga y profesora de la cátedra de Sexualidad y Salud de la Universidad Abierta Interamericana, Cristina Tania Fridman.
Sobre este punto, la psicoanalista y profesora adjunta de Estudios de Género de la Facultad de Psicología de la UBA, Débora Tajer, agrega: «Lo que ha cambiado no es tanto la técnica sexual. Esto es: las mujeres descubriendo el orgasmo. Sino que las mujeres comprendieron que el orgasmo podía ser parte de sus vidas, como tantas otras cosas.»
Cuando el estrés va a la cama
Una pareja de unos 30 años, ambos profesionales con alta carga de responsabilidad laboral, llegó al consultorio del Doctor Francisco Argañaraz (sexoysalud@ciudad.com.ar). Ella, quejándose de que no tenía ganas de tener relaciones sexuales. Cuando el sexólogo empezó a investigar resultó que ambos acarreaban su alto nivel de estrés familiar y laboral a la casa y a la cama. Eso los había conducido a tener encuentros sexuales cada vez más rutinarios. La consecuencia en ella fue una excitación inadecuada y que en tres años dejara de tener los orgasmos que antes tenía. Y él, debido a que hacían menos el amor, empezó a tener problemas para controlar su eyaculación. Ahora se están encaminando, comunicándose más y dedicando más tiempo a la estimulación con juegos sexuales previos a la penetración. Además, tomaron conciencia de que la sobrecarga de estrés produce una alteración sobre las hormonas que regulan el deseo sexual: la testosterona y la prolactina. Un problema que aqueja a muchas mujeres en el mundo moderno actual.
Para mejorar la vida sexual, los expertos consultados por Clarín aconsejan:
Consulte sobre su sexualidad sin miedo entendiendo que tener una buena sexualidad es equiparable a una buena salud.
Infórmese a través de mecanismos accesibles para usted sobre lo que es sexualidad y género. Entienda que usted es tan importante en la comunidad como son los hombres.
Hable con su pareja y encuentre la forma de que puedan comunicarse respecto a la sexualidad que mantienen.
Comunique a su pareja dónde le gusta que la estimulen, de qué forma y cuánto tiempo necesita de estimulación.
Tome en cuenta que la sexualidad va más allá de la genitalidad que depende exclusivamente de la penetración. El placer y el orgasmo dependen de muchas otras cosas.
Rompa el mito acerca del orgasmo femenino. Hay tanta variedad de orgasmos como personas existen. Las mujeres quieren el orgasmo explosivo sobre el que leyeron en una revista o que vieron en la TV o en el cine. Esa falsa creencia no les permite aceptar otro tipo de orgasmos que tienen y sienten. No hay un orgasmo ideal: hay orgasmos.
Elija una postura que favorezca el roce de la zona clitorídea durante la penetración. No tiene que conformarse con las mismas posiciones de siempre.
Con su pareja produzca cambios en la secuencia de su ritual sexual. Eviten aburrirse.
Tome conciencia de que el estrés de la vida doméstica y laboral influye en su sexualidad.
Consultas gratuitas
Hospital de Clínicas: en el piso 5° de la avenida Córdoba 2351 funciona el Departamento de Disfunciones Sexuales Femeninas. Atiende los lunes, miércoles y jueves en el horario de 8.30 a 12. El teléfono es: 5950-8919.
Hospital Fernández: el Programa de Atención Primaria en Salud Reproductivo atiende los martes de 12 a 14 en el edificio de Cerviño 3356. El teléfono es: 4808-2600.
fuente:12.3.06 – Clarín – Pilar Ferrerya