Ejercicio y enfermedad vascular

Un estudio demuestra que el ejercicio, sin supervisión, puede frenar la progresión de esta patología que afecta a los vasos y arterias de piernas y brazos.
Caminar tres veces a la semana, incluso sin un programa de ejercicio físico supervisado, puede mejorar la capacidad de andar de los pacientes aquejados por enfermedad vascular periférica, así como frenar la progresión de los daños causados por esta patología, según un estudio llevado a cabo por investigadores de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad del Noroeste en Chicago, publicado en la revista Annal of Internal Medicine.

La enfermedad vascular periférica se produce por un deterioro u obstrucción en los vasos sanguíneos más alejados del corazón, las arterias y venas periféricas que transportan sangre hacia los brazos y las piernas y los órganos del abdomen. Las manifestaciones más comunes de esta patología son la flebitis y las varices, aunque puede suponer otros problemas más graves de salud como embolia pulmonar o los aneurismas aórticos.

Las conclusiones del estudio, en el que participaron 417 hombres y mujeres, demuestran que aquellos pacientes que caminan tres o más veces por semana experimentan un deterioro menor en su capacidad de andar, tanto desde el punto de vista de la distancia como de la velocidad, que aquellos que practican este ejercicio una o dos veces a la semana.

Los investigadores probaron la capacidad física de los participantes, midiendo la distancia que podían andar en 6 minutos, observando su habilidad al levantar una silla sin ayuda y al mantener el equilibrio mientras estaban parados. También se valoró la rapidez con la que recorrían una distancia corta. Además, los pacientes fueron sometidos a un cuestionario sobre la frecuencia con la que practicaban ejercicio y el tiempo de duración del mismo.

Tras analizar los datos, además de comprobar que la realización de ejercicio, al menos tres veces por semana, ayuda a reducir el deterioro provocado por la enfermedad arterial periférica en la movilidad de los pacientes, los investigadores concluyeron que los pacientes en los que la patología estaba más avanzada al principio del estudio fueron los que más se beneficiaron de la realización de un programa de ejercicios autodirigido.
Fuente: www.azprensa.com

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