Un 41,6% de los profesionales sanitarios presenta un alto nivel de cansancio emocional y un 27,9% se siente poco realizado en su trabajo
Investigadores del Hospital de Figueres (Gerona) han alertado a la Administración sobre la necesidad de adoptar un plan de gestión hospitalaria para controlar la alta prevalencia del síndrome de burn-out entre los trabajadores sanitarios. Y es que, según un estudio dirigido por la coordinadora de Calidad Formación e Investigación del citado centro hospitalario, Armand Grau, el 27,9% del personal sanitario —especialmente médicos y técnicos sanitarios— se siente poco realizado en el trabajo.
Además, un 41,9 % de estos trabajadores presenta un alto nivel de cansancio emocional y un 23% sufre despersonalización. Según indica el estudio, la primea de esta situaciones se asoció a un consumo habitual de tranquilizantes o antidepresivos, mientras que el nivel de despersonalización se asoció inversamente a los años de profesión, el optimismo y el sentimiento de ser útil en el trabajo.
En los afectados por cierto cansancio emocional, los responsables del estudio han detectado tensión, ansiedad y limitación en las relaciones personales dentro del ámbito laboral, con una disminución de la eficacia, la eficiencia y un aumento del absentismo laboral.
Estos datos se obtuvieron tras analizar a 2.290 trabajadores sanitarios de cinco hospitales de Gerona, que fueron invitados a participar en la investigación y a los que se les entrevistó sobre su situación personal a partir de varios cuestionarios.
A la luz de los resultados obtenidos, los investigadores solicitan la adopción de medidas para combatir el síndrome de burn-out entre los profesionales sanitarios. Entre ellas, proponen el desarrollo de planes que fomente un aumento de la comunicación entre trabajadores y directivos. De este modo, según indican, se podrían “identificar las áreas de mejora”, así como planificar y realizar cambios organizativos de forma conjunta.
Esos cambios, según los autores del estudio, deben consistir en aumentar la autonomía de los trabajadores, la equidad en la distribución del trabajo y los recursos; y en establecer una mayor política de incentivos.
Por otra parte, aconsejan impulsar la formación en técnicas de autocontrol y gestión del estrés para reforzar el optimismo y la autoestima.
Fuente:www.azprensa.com
