Estos datos abren una nueva vía para la normalización de la vida reproductiva de las parejas serodiscordantes que desean tener hijos.
Los resultados se deben tomar con cautela, ya que si el riesgo de transmisión sexual disminuye, no se ha demostrado que desaparezca totalmente. Por tanto no han de abandonarse las precauciones para evitar la transmisión sexual del VIH, según el estudio.
No obstante, cuando no existen problemas de fertilidad, no hay infecciones genitales, la/el cónyuge afectado está recibiendo targa y tiene una carga viral indetectable en sangre y en semen, algunas parejas serodiscordantes están dispuestas a asumir ese riesgo mínimo de transmisión manteniendo relaciones sexuales sin protección con fines reproductivos. Todo este proceso ha de realizarse bajo supervisión médica, se valora en el estudio.
Entre las 393 parejas que participaron en este trabajo de investigación, se produjeron 26 gestaciones sin que hubiera ninguna transmisión.
No obstante, para reducir al máximo las posibilidades de contagio es imprescindible llevar a cabo un estudio exhaustivo de la pareja y seguir un protocolo de actuación bien diseñado para asegurarse, hasta donde sea posible con los métodos actualmente disponibles, si hay o no indicios de un riesgo alto de transmisión.
Los resultados de este estudio podrían tener su mayor impacto en la prevención del VIH en África, donde si se lograse extender estos tratamientos a más personas podrían contribuir a disminuir considerablemente las tasas actuales de infección.
Estas conclusiones provienen de los siguientes resultados: el estudio contó con la participación de 393 parejas heterosexuales estables y monógamas. Entre las 60 parejas en las que el miembro infectado estaba recibiendo el tratamiento antirretroviral potente (con tres o más fármacos) no se registró ningún caso de transmisión del virus. Sin embargo, la tasa de infección en aquellas parejas que no recibían tratamiento fue del 8,6 por ciento.
Los autores descartaron que la menor transmisión en parejas que recibían targa pudiese explicarse por otras características diferentes como: un menor tiempo de la relación, una menor frecuencia de relaciones sexuales sin preservativo, el hecho de que fuera la mujer la inicialmente infectada, que el afectado tuviera un nivel mayor de linfocitos CD4 en sangre (indicador de mejor situación del sistema inmune) o que el miembro infectado nunca hubiese tenido diagnóstico de sida.
Fuente:www.azprensa.com