La ingesta moderada de cerveza reduce el nivel de colesterol y los procesos cardiovasculares

Según explicó Valls, profesora de Pediatría, Obstetricia y Ginecología de la Facultad de Medicina de Valencia, tras realizar una investigación, primero en animales de experimentación y, posteriormente, en humanos, se ha observado «que con una suplementación de dos botellines de cerveza diaria los niveles de LDL se redujeron significativamente en un grupo de experimentación integrado por 40 personas», apuntó.
En concreto, dicha experta aclaró que este grupo diana tomó durante 28 días 660 mililitros día de cerveza sin alcohol, constatando «no sólo una reducción de los niveles de LDL, sino una disminución del ‘estrés oxidativo’–, así como un aumento significativo de los niveles de defensa de la propia célula (GSH)».

«Se puede concluir que la suplementación dietética de cerveza sin alcohol (660ml/día) puede ser recomendada en aquellas personas que poseen cifras elevadas de colesterol», insistió Valls, quien recalcó que, de esta manera, «se pueden reducir los marcadores que conducen hacia enfermedades cardiovasculares como el infarto de miocardio».

Esta experta basó el poder antioxidante de la cerveza en sus componentes naturales, tales como el lúpulo y la cáscara de la cebada, «componentes de los que proceden los polifenoles y las melanoidinas, que ejercen de potentes antioxidantes».

Además, indicó que la cerveza cuenta «con más de 2.000 compuestos», entre ellos vitaminas del complejo B, ácido fólico y los renombrados polifenoles y melanoidinas «capaces de capturar los radicales libres, esto es, unas sustancias reactivas involucradas no sólo en el deterioro oxidativo de los alimentos, sino en la aparición de la arteriosclerosis, el cáncer, el infarto de miocardio, las enfermedades inflamatorias o los trastornos del sistema nervioso como el parkinson y el alzheimer».

En este estudio, ‘Biodisponibilidad de los flavonoides de la cerveza. Efecto antioxidante in vivo’, han participado investigadores del Departamento de Pediatría, Obstetricia y Ginecología de la Facultad de Medicina de Valencia, así como del Departamento de Biotecnología y Ciencia de los Alimentos de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Burgos. Asimismo también ha colaborado la Unidad de Lípidos del Hospital Peset de Valencia.
Fuente: www.azprensa.com

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