La adicción al sexo es quizás uno de los vicios más escondidos y difícil de detectar de una persona y comparte el mismo elemento social negativo que las demás adicciones. Según los expertos, este comportamiento sexual compulsivo causa sufrimiento emocional y proporciona consecuencias graves en los social.
El síntoma más claro y el que se manifiesta en primer lugar es el patrón de descontrol, presente también en enfermedades como el alcoholismo. Durante ese lapso también aparecen períodos de calma, negación y justificación del pensamiento obsesivo sexual.
El adicto al sexo no sólo se limita a las relaciones sexuales promiscuas sino que llega al punto de utilizar la masturbación compulsiva e incluso puede llegar a prostituirse, al exhibicionismo y a abusar sexualmente de alguna persona.
Darse cuenta de que las fantasías sexuales causan problemas en las relaciones interpersonales, el deseo de alejarse de la pareja después de una relación sexual, sentir vergüenza del propio cuerpo o la propia sexualidad, llegar al punto de tener problemas financieros por consumir material pornográfico o sexo y pozos depresivos pueden ser alguno de los síntomas en una persona adicta a los sexual.
La adicción al sexo aparece cuando el deseo sexual pasa a ser una prioridad de provocar serias interferencias en la vida cotidiana (trabajo, relaciones de pareja, relaciones sociales y familiares) y se convierte en una fuente de ansiedad acompañada de sentimientos de culpa y de arrepentimiento, informa el sitio Terra España.
Por otro lado, el tratamiento contra este tipo de adicción no es tan complicado pero requiere de la voluntad del enfermo. Se basa en reconducir paulatinamente el comportamiento sexual del individuo, reduciendo de esta manera la ansiedad y la culpabilidad.
Fuente:12.8.05 – Infobae