Las conclusiones de dicho estudio se publican en la revista ‘Chemistry and Biochemistry’.
Los científicos explican que cada una de las tres moléculas descubiertas previene la alteración de la proteína «tau», que se configura en los llamados ‘ovillos neurofibrilares’ que aparecen en los cerebros de los pacientes con Alzheimer. El descubrimiento podría conducir al desarrollo de fármacos para la enfermedad.
Los científicos se centraron en los ovillos neurofibrilares de neuronas en el cerebro que, junto con las placas seniles, caracterizan la enfermedad de Alzheimer. Los ovillos están hechos de «tau», una proteína que está también presente de forma anormal en el cerebro.
Según Ken Kosik, uno de los autores del estudio, la proteína tau se vuelve anormal y patológica cuando se fosforiliza, lo que significa que si muchos grupos de fosfatos se unen a tau y la modifican, se produce la alteración de la proteína. La enzima responsable es la CDK5, que une el fosfato a la proteína tau, facilitando el proceso de la enfermedad. Los investigadores buscaban con su investigación encontrar una vía para inhibir esta enzima y evitar así que uniera fosfatos a tau.
Los científicos observaron en el laboratorio el funcionamiento de tau y CDK5 y observaron cómo era fosforilizada la proteína por la enzima. Entonces buscaron en una serie de pequeñas moléculas para encontrar aquellas que podrían prevenir la fosforilación. Las moléculas pequeñas son más fácilmente utilizadas como fármacos ya que pueden desplazarse por el cuerpo y entrar en las células.
Los investigadores probaron cerca de 400 moléculas pequeñas que cumplían los criterios. Las pruebas mostraron tres moléculas que pueden inhibir la enzima, candidatas para el desarrollo de fármacos.
Según Kosik, es la primera demostración de que se pueden encontrar moléculas que afectan específicamente la fosforilación de tau por CDK5.
Fuente: www.azprensa.com