Washington, D.C., (OPS)—Aunque los comportamientos de riesgo que favorecen la expansión del VIH están muy difundidos, la mayoría de los países de Latinoamérica todavía no han enfrentado una epidemia de sida en gran escala, asegura una nueva publicación.
No obstante, una serie de tendencias recientes indican que si los países de Latinoamérica no toman pronto medidas adecuadas de prevención, la incidencia de la enfermedad podría alcanzar proporciones epidémicas.
Todavía se pueden realizar intervenciones eficaces para evitar que el VIH se transforme en una catástrofe sanitaria, como ha ocurrido en otras partes del mundo e incluso en las islas del Caribe. Este análisis es el eje del libro El VIH/sida en países de América Latina, los retos futuros, editado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el Banco Mundial.
El VIH/SIDA en países de América Latina. Los retos futuros
El trabajo -realizado en base a un estudio efectuado en 17 países latinoamericanos- abarca todos los costados del problema: la vigilancia epidemiológica, intervenciones eficaces, problemas persistentes y las respuestas nacionales e internacionales frente a la epidemia.
«Los estudios más recientes indican que la prevalencia del VIH entre mujeres embarazadas es de alrededor de 2% o superior en seis países: Bahamas, Belice, Guyana, Haití, República Dominicana, y Trinidad y Tobago. En contraste, la mayoría de los demás países de la región muestran una epidemia concentrada, particularmente en el Cono Sur, donde Brasil alberga el mayor número de personas que viven con VIH/sida», define en el prólogo la Dra. Mirta Roses Periago, directora de la OPS.
Si bien en el libro se asegura que hay un subregistro importante de casos, la mejor estimación de OPS, ONUSIDA y OMS indica que en Latinoamérica viven alrededor de 1,4 millones de personas con VIH/sida. Durante 2001, 130.000 adultos y niños contrajeron la infección y 80.000 personas murieron a causa del sida.
La llamada feminización de la epidemia se manifiesta en que cada vez es más pareja la proporción de hombres y mujeres con sida, y por las tasas crecientes de infección por VIH en mujeres embarazadas y niños. El número cada vez mayor de casos de sida e infección por VIH entre mujeres de 20 a 29 años indica que las adolescentes están expuestas a un alto riesgo.
«En la mayoría de los países están presentes todos los mecanismos de transmisión, así como comportamientos de riesgo tales como la iniciación sexual temprana, el sexo sin protección con múltiples parejas y el uso de drogas inyectables empleando material contaminado», prosigue. «Muchos países han mejorado sustancialmente los recursos asignados a la lucha contra el VIH/sida… sin embargo, el estigma, la discriminación y desigualdades de género que debilitan la capacidad de negociación de las mujeres aún siguen siendo los mayores impedimentos».
Roses asegura que varias investigaciones demuestran que el nivel de conocimiento e información es bastante apropiado. Pero, «no se está observando el cambio de comportamiento hacia prácticas sexuales de menor riesgo». El reto, dice, es lograr que el sida no siga devastando generaciones en la etapa más productiva del ciclo vital, una amenaza a los importantes logros en expectativa y calidad de vida que se han alcanzado en las últimas décadas en la región.
Las autoras del libro-Anabela García Abreu, Isabel Noguer y Karen Cogwill- concluyen que Latinoamérica cuenta con la infraestructura y los conocimientos necesarios para hacer frente a la epidemia de manera eficiente y eficaz, si se suministran los recursos requeridos. «Las necesidades varían y, por lo tanto, es importante adaptar las intervenciones para responder al perfil y la capacidad de cada país», dice uno de sus últimos párrafos.
Y agrega que los organismos internacionales y los programas están en posición de aumentar las intervenciones regionales o subregionales en áreas concretas. «La cooperación conducirá a múltiples beneficios aportados por intervenciones eficaces, así como una relación positiva entre costos y beneficios».
La XV Conferencia Internacional de Sida, que culminó hace pocos días en Bangkok, puso sobre el tapete, una vez más, la necesidad de unir esfuerzos en forma global para frenar la epidemia. En este sentido, Latinoamérica, con la OPS al frente, viene liderando un esfuerzo por ampliar el acceso a las terapias para las personas que viven con el virus, en concordancia con la iniciativa «Tres millones para 2005», que busca ampliar el acceso a las terapias antirretrovirales, a la vez que también unifica esfuerzos para frenar la expansión del VIH en la Región.