En lo que podría ser un gran avance en la campaña contra el sida, investigadores franceses y sudafricanos parecen haber descubierto que la circuncisión reduce en alrededor del 70% el riesgo de que los hombres contraigan VIH mediante el sexo heterosexual.
Con excepción de la abstinencia y sexo seguro, casi nada más ha demostrado reducir la propagación del VIH, el virus que causa el sida.
Los científicos dicen que considerarían útil una vacuna contra el sida que tenga sólo una eficacia del 30%. Aún no se ha desarrollado una vacuna eficaz contra la enfermedad, lo que causa desesperación entre trabajadores sociales contra el sida que buscan otra herramienta que les ayude a atajar la ola de nuevas infecciones, calculada en casi cinco millones al año.
Los resultados de las investigaciones sobre la circuncisión fueron tan sorprendentes que la junta que la supervisaba interrumpió el estudio en febrero, unos nueve meses antes de que finalizara, sobre la base de que sería inmoral continuar sin ofrecerle al grupo de control sin circuncidar la oportunidad de someterse al procedimiento.
Mientras la circuncisión protegía directamente al hombre, las mujeres podrían beneficiarse indirectamente porque el procedimiento reduciría las posibilidades de que sus compañeros sean seropositivos.
Los investigadores están conscientes de los descubrimientos fundamentales del estudio aunque no se hayan publicado, de modo que la mayoría de los expertos no los han evaluado. La revista médica británica Lancet decidió no publicar el estudio por razones no relacionadas con los datos y el contenido científico, según fuentes cercanas. Ateniéndose a la política estándar de la revista, portavoces de Lancet, rehusaron comentar las razones por las que fue rechazado.
Se espera que Bertran Auvert, el investigador francés que dirigió el estudio, presente los resultados a finales de julio en la conferencia internacional del sida en Brasil.
El hecho de que la investigación no se haya publicado aún hace que los expertos muestren cautela en sus comentarios. «Confirmen, confirmen, confirmen», advirtió Seth Berkley, investigador experto de VIH y presidente de la International AIDS Vaccine Initiative. Pero si el estudio se sostiene, dijo Berkley, quien no participó en la investigación, sería «bastante importante» porque la circuncisión sería «una intervención que funciona para toda la vida y podría reducir el VIH en el entorno de la comunidad».
Aunque la circuncisión sea efectiva, como establece el estudio, ésta exigiría una cuidadosa implementación. Los expertos en salud están preocupados especialmente por hacer entender a los hombres que la circuncisión no los protege completamente y que deben continuar practicando otras medidas preventivas en sus relaciones sexuales. «Estos resultados preliminares son muy interesantes y si son corroborados por otras pruebas esperamos tener la oportunidad de estudiarlos detenidamente, de analizar los aspectos técnicos del estudio y las consecuencias en la salud pública», dijo Cate Hankins, consejera científica de la agencia UNAIDS, de Naciones Unidas.
Más de 30 estudios previos sugirieron una relación entre la circuncisión y la baja incidencia de infecciones por VIH. Hay convincentes teorías biológicas que explican este hecho. Por ejemplo, el tipo de célula que el VIH ataca, llamada célula Langerhans, se encuentra en la delicada cara interior del tejido de recubrimiento, donde la cabeza del pene circuncidado tiende a desarrollar una capa gruesa de piel, la que pudiera proteger contra el VIH. Otra teoría señala que antes de actuar contra el VIH la circuncisión podría impedir la propagación de otras enfermedades transmitidas sexualmente y que, se sabe, facilitan el contagio por VIH.
A pesar de ello, hasta el momento ningún estudio ha probado que este procedimiento reduce las posibilidades de contraer el VIH. Esta investigación fue diseñada para probar la hipótesis con el método más riguroso posible, una prueba aleatoria, controlada clínicamente.
El estudio sometió a más de 3.000 hombres, de entre 18 y 24 años, no contagiados con el virus, en Orange Farm, al sur de Sudáfrica. La mitad de ellos, elegidos al azar, fueron circuncidados y el resto no se sometió a la cirugía, pero sirvieron de control. El estudio, encabezado por el doctor Auvert, del French National Institute of Health y Medical Research, y en la universidad de Versailles Saint-Quentin, planeaba seguir a los hombres por 21 meses. Pero después de que el estudio hizo un seguimiento del total de los varones durante un año, y cerca de la mitad durante 21 meses, los datos demostraron que a los circuncidados les fue mucho mejor.
Fuente: 5.7.05 – Wall Street Journal
Por Mark Schoofs, Sarah Lueck y Michael M. Phillips