El director médico de la Clínica Tambre de Madrid, Braulio Péramo, consiera que las dietas de adelgazamiento prolongadas y sin control médico pueden ser una de las causas de la infertilidad femenina, ya que cada vez «existen más datos» sobre cómo pueden «forzar los mecanismos fisiológicos del organismo».
Según Péramo, las dietas severas, más o menos intensas, limitan durante un periodo largo de tiempo la ingestión de ciertos grupos de nutrientes, caso de las grasas, cuya ausencia «suele producir alteraciones menstruales que provocan infertilidad».
Este especialista explicó que muchas hormonas femeninas, como la progesterona, se forman a partir de grasas como el colesterol, por lo que el aporte adecuado de grasas al organismo «es muy importante para un adecuado funcionamiento de los sistemas hormonales».
Las estimaciones cifran entre 60 y 80 millones de parejas las afectadas por esterilidad en el mundo, y cerca de un millón (del 17 al 20 por ciento) en España. Esta disfunción puede tener su origen en el cuerpo del varón, de la mujer o de ambos, y el reparto está más o menos equilibrado.
OLIGOELEMENTOS
Asimismo, Péramo alertó sobre la relación con la infertilidad tiene con trastornos alimenticios causados por la carencia de oligoelementos como el ácido fólico, vitaminas (la A, C, D, E, B1) o minerales como el selenio, zinc, calcio, yodo y hierro; mientras que trastornos severos –anorexia, bulimia, obesidad, etc.– también suelen asociarse con ella.
En opinión de este especialista, «la dieta de la fertilidad se podrá definir como aquella que no excluya ningún grupo alimenticio, y que aporte una cantidad adecuada de nutrientes», mientras que el consumo de alimentos con niveles en sangre de algunas sustancias tóxicas –como los organofosfatos– más bajos podría tener «un efecto beneficioso a largo plazo».
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