Madrid, 14 de enero 2005 (E.P)
La industria tabaquera intenta contrarrestar las investigaciones que vinculan el humo del tabaco con mutaciones cancerígenas en el gen p53 que se encuentran en el 50 por ciento de todos los tumores humanos, incluyendo el 60 por ciento de los tumores de pulmón, según un estudio de la Universidad de California (Estados Unidos) que se publica esta semana en la revista ‘The Lancet’.
Según los científicos, el benzo[a]pireno, un potente agente cancerígeno, fue identificado en el humo del tabaco en 1.952. En los años 90, los estudios demostraron cambios moderados en el p53 después de la exposición a benzo[a]pireno. Un estudio en 1.996 mostraba la interacción del benzo[a]pireno con mutaciones del p53 encontradas en tumores de pulmón humanos. Estos descubrimientos proporcionaron fuertes evidencias moleculares del efecto carcinogénico directo de un componente del humo del tabaco. Los científicos examinaron 43 documentos confidenciales de la industria del tabaco relativos al p53 y el humo del tabaco. Los investigadores encontraron que antes de 1.996, varias compañías de tabaco apoyaron proyectos de investigación de los mecanismos de las mutaciones del p53. Siguiendo el estudio de 1.996, las compañías de tabaco planearon un número de investigaciones en respuesta y apoyaron estudios que parecían arrojar dudas sobre el vínculo entre el daño del p53 y el benzo[a]pireno del humo del tabaco. Según los expertos, estas investigaciones fueron publicadas por un periódico, cuyo editor jefe tenía en su historial haber trabajado como consultor e investigador para la industria tabaquera. Los autores comentan que las compañías tabaqueras afirman que están trabajando con las autoridades sanitarias para apoyar un mensaje de salud pública sobre el papel de fumar en el desarrollo de enfermedades en los fumadores. Según Stanton A. Glantz, uno de los investigadores del estudio, la extensión y sofisticación de la participación de la industria del tabaco en la investigación sobre el gen p53 obliga a los autores, editores y usuarios de la literatura científica a mantenerse alerta en la demanda y mantenimiento de estándares rigurosos para revelar y evaluar posibles conflictos de intereses. Para Glantz, las universidades y otros investigadores biomédicos deben rechazar la financiación de la industria tabaquera para minimizar los posibles defectos de integridad en el proceso científico.
Fuente: AZPrensa.com