La OMS pide US$ 66 millones

GINEBRA — En respuesta al devastador maremoto de la semana pasada, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha anunciado hoy que necesita US$ 66 millones para afrontar las necesidades sanitarias más urgentes, en particular para prevenir la aparición de brotes de enfermedades transmitidas por el agua y otras enfermedades infecciosas. La petición de la OMS se enmarca en el llamamiento urgente lanzado por las Naciones Unidas en favor de las víctimas del maremoto.

La OMS teme que si las necesidades básicas, en particular el abastecimiento de agua potable, de toda la población no han sido atendidas antes de que acabe la semana, los brotes epidémicos podrían causar tantas víctimas como las que ha provocado el maremoto directamente.

La OMS ya ha enviado a Asia sudoriental millones de comprimidos para depurar el agua, y ha movilizado botiquines de emergencia con suministros médicos básicos para atender a más de dos millones de personas durante tres meses, así como equipo quirúrgico para más de 10 000 operaciones y medicamentos de emergencia para tratar enfermedades diarreicas (por ejemplo, cólera y disentería) para más de 15 000 personas. La ayuda está ya llegando a muchos lugares, pero el acceso al agua potable sigue siendo insuficiente, en particular en Aceh (Indonesia) y la costa oriental de Sri Lanka.

Hoy, al llegar a Yakarta (Indonesia) el Director General de la OMS, Dr. LEE Jong-wook, ha declarado: «Nos preocupan enormemente las carencias más básicas. Cinco millones de personas sufren gravemente las consecuencias del maremoto. Estimamos ahora que unas 150 000 personas se encontrarán en riesgo extremo si se produce en las zonas afectadas algún brote epidémico importante. En estos momentos, lo más urgente es que todo el mundo disponga de agua potable.»

No se ha notificado aún ningún brote epidémico, pero la OMS confirma que han aumentado los casos aislados de enfermedades diarreicas en los campamentos de desplazados. La situación sigue siendo mucho más incierta en Aceh y Sumatra, donde los daños sufridos por las infraestructuras entorpecen el acceso y se está llevando a cabo una evaluación completa de las necesidades humanitarias.

En su condición de organismo rector en materia de salud pública, la OMS proporciona orientaciones a las autoridades nacionales, a otras organizaciones del sistema de las Naciones Unidas y a las ONG, para velar por que se atiendan las necesidades sanitarias de las poblaciones desplazadas. La OMS ha hecho pública una estrategia de emergencia centrada en cinco objetivos principales, con el fin de asegurar la pronta recuperación y rehabilitación de los servicios de salud pública:
Coordinación del socorro sanitario: seguir coordinando las actividades de socorro sanitario con las autoridades nacionales, las comunidades locales, otras organizaciones del sistemas de las Naciones Unidas, organizaciones no gubernamentales (ONG) y donantes con el fin de asegurar que se proporcione la ayuda necesaria, en el momento adecuado, a las personas que la necesitan.
Acceso a la atención de salud esencial: asegurar la disponibilidad de suministros adecuados para la atención médica básica por conducto de determinados hospitales (inclusive hospitales de campaña provisionales) y centros de salud.
Vigilancia de la morbilidad y respuesta: reforzamiento inmediato de la vigilancia para detectar rápidamente los posibles brotes y responder adecuadamente.
Apoyo técnico: proporcionar orientaciones sobre cuestiones de salud pública de importancia crítica a las autoridades sanitarias y reforzar los servicios de salud de rutina.
Fortalecimiento de la cadena de suministros médicos: asegurar la restauración de la cadena de suministros médicos (por ejemplo, la cadena de frío y la reactivación de los servicios de salud existentes), incluida la sustitución de los bienes, las infraestructuras y los suministros perdidos.

Para llevar a cabo plenamente las actividades clave de la estrategia de salud pública se necesita con urgencia un mínimo de US$ 66 millones. Habida cuenta de la generosa respuesta de los donantes de todo el mundo, la tarea más importante será ahora que los donativos se transformen en recursos. Se estima que entre tres y cinco millones de personas están desplazadas, y que muchas de ellas carecen de agua potable en cantidad suficiente, saneamiento, cobijo adecuado, alimentos y suministros médicos básicos.

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