Entre el 22 de mayo y el 30 de julio de 2004 se notificaron en los dispensarios de la región de Gran Darfur, en el Sudán, 625 casos y 22 muertes por síndrome de ictericia aguda. Dichos casos se identificaron mediante el sistema de alerta anticipada y respuesta (EWAR) desarrollado por la OMS en colaboración con el Ministerio de Salud y con otros organismos. La presencia del virus de la hepatitis E (VHE) fue confirmada mediante el método ELISA en 23 muestras analizadas en el laboratorio NAMRU3 de El Cairo, Egipto. Se han notificado casos sospechosos de hepatitis en el este, norte y oeste de Darfur, pero la incidencia más alta hasta la fecha es la registrada en el campamento para desplazados internos de Morni, en Darfur occidental.
Un análisis preliminar de los datos epidemiológicos del campamento de Morni revela que se han notificado en total 149 casos y 8 defunciones. El 70% de los casos se dan en mujeres, y la edad media de los afectados es de 24 años. De las 8 defunciones notificadas, 6 (75%) corresponden a mujeres embarazadas.
La hepatitis E es una enfermedad transmitida por el agua, generalmente agua contaminada con heces, que puede provocar brotes graves en los entornos con saneamiento deficiente. Los refugiados y desplazados internos que residen en campamentos superpoblados son quienes más riesgo corren de contraerla. Las tasas de letalidad varían entre 1% y 4%, pero pueden alcanzar el 20% en las mujeres embarazadas, más vulnerables a las formas graves de la enfermedad.
Este brote se debe a que la población de Darfur ha tenido que soportar durante esta crisis un sistema de abastecimiento de agua insuficiente e insalubre y un saneamiento deficiente. Pese al gran esfuerzo realizado por las organizaciones internacionales, los recursos existentes son demasiado exiguos para cubrir las necesidades básicas de los desplazados internos. Sin una mejora inmediata del acceso a agua salubre y limpia y a un mejor saneamiento en esos campamentos, la enfermedad podría propagarse rápidamente y causar una mayor mortalidad.
El UNICEF está colaborando con los ministerios federal y estaduales de salud y con organizaciones no gubernamentales para suministrar mayores cantidades de agua y aumentar su calidad. Las medidas destinadas a mejorar el saneamiento incluyen actividades de promoción de la salud, la manipulación segura de los alimentos, la eliminación sin riesgos de las excretas y la distribución de jabón, para lo cual se cuenta con el apoyo del Centro Logístico de las Naciones Unidas.
Se han previsto nuevas investigaciones sobre el terreno para focalizar las actuales medidas de control de los brotes, comprender mejor la epidemiología de la transmisión del VHE en los campamentos de desplazados internos y de refugiados, y elaborar recomendaciones concretas para la prevención y el control de las futuras epidemias de hepatitis E en esos entornos.