Acción de la OMS en Afganistán

GINEBRA — Una rápida intervención de la Organización Mundial de la Salud y sus asociados -la Fundación Massoud y HealthNet International- en Kabul, Afganistán, que ha sido posible gracias a una donación del Gobierno de Bélgica, debería reducir radicalmente la incidencia de leishmaniasis en menos de dos años. Si no se actúa de inmediato, la epidemia actual amenaza con desembocar en una situación incontrolable. Esta iniciativa de emergencia pretende no sólo tratar a las personas ya afectadas en la fase aguda de la epidemia, sino también prevenir la ulterior transmisión de la enfermedad.

Con unos 67 500 afectados, la ciudad de Kabul alberga la mayor concentración de casos de leishmaniasis cutánea del mundo. Esa cifra representa la tercera parte de los 200 000 casos que hay en el Afganistán. La leishmaniasis cutánea es una enfermedad discapacitante transmitida por la picadura de flebótomos. Provoca desfiguraciones, generalmente en el rostro y las manos, y estigma social, sobre todo para las mujeres y los niños. Como medida inmediata, la OMS y sus asociados prevén empezar a distribuir pronto mosquiteros tratados con insecticida para proteger de los flebótomos a más de 30 000 personas.

«Ésta es una oportunidad excepcional para frenar de forma drástica una enfermedad debilitante y lograr progresos en un país cuya población necesita desesperadamente percibir mejoras en su salud», ha señalado el Dr. Philippe Desjeux, jefe del programa de la OMS de lucha contra la leishmaniasis. La iniciativa refleja también el compromiso de la OMS de asegurar que se traten con urgencia las enfermedades de las poblaciones desatendidas.

Aunque en otro tiempo funcionaron en el Afganistán programas eficaces de control de la leishmaniasis, las dos últimas décadas de enfrentamientos permanentes han deteriorado seriamente gran parte de la infraestructura sanitaria. El daño ambiental y las malas condiciones de higiene han hecho que proliferaran criaderos de flebótomos. Al mismo tiempo, la afluencia de un gran número de personas desplazadas amenaza con aumentar los niveles ya epidémicos de la enfermedad. Con poca inmunidad contra la leishmaniasis, los desplazados o, en este caso, las personas que regresan del Pakistán vecino, suelen ser más vulnerables a la enfermedad.

Según Desjeux,»debemos actuar ya para tener alguna oportunidad de controlar la situación».

A fin de evitar un aumento brusco de los casos, la OMS y sus asociados lanzan hoy una iniciativa de emergencia en Kabul que incluirá no sólo farmacoterapia, sino también la distribución de mosquiteros tratados con insecticida. Como en el pasado, el suministro de medicamentos de primera línea ha sido asegurado por la OMS en colaboración con el Ministerio de Salud del Afganistán. Paralelamente se distribuirán en todo Kabul 16 000 mosquiteros tratados, que ayudarán a proteger a casi 30 000 personas. Posibilitada por una donación de € 200 000 del Gobierno de Bélgica, esta iniciativa inmediata constituye una intervención oportuna para acortar el periodo de transmisión máxima, de septiembre a octubre.

Esta intervención rápida es fundamentalmente la primera fase de un plan de un año de implementación de un programa nacional de control de la leishmaniasis. Si la iniciativa inicial tiene éxito en Kabul, se aplicará más tarde en otras zonas del Afganistán.

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