Washington, D.C., (OPS)—La alimentación exclusiva con leche materna hasta los 6 meses de vida garantiza los nutrientes esenciales para el bebé, y disminuye el riesgo de padecer diarreas y enfermedades respiratorias, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
La Semana Mundial de la Lactancia Materna, que se conmemora del 1º y hasta el 7 de agosto, busca concientizar sobre la importancia de una práctica que se ha ido perdiendo en las últimas décadas por múltiples causas.
El período entre el nacimiento y los 2 años se conoce como una «ventana de tiempo crítica» para el crecimiento y el desarrollo óptimos del niño. A largo plazo, las deficiencias nutricionales están ligadas a impedimentos en el rendimiento intelectual, la capacidad de trabajo, la salud reproductiva y la salud general en la vida adulta.
Por eso, la alimentación con leche materna hasta los 6 meses y aún pasado el primer año de vida, proporciona una sólida base nutricional para la buena salud durante la adolescencia y la vida adulta.
Aunque la lactancia es una práctica natural, también es una conducta que se aprende. Según el informe La salud en las Américas, publicado por la OPS, «si bien la mayoría de las mujeres de Latinoamérica amamantan, y lo hacen por un período relativamente largo, las prácticas de la lactancia natural y exclusiva están lejos de ser las óptimas».
La mayor inserción de la mujer en el mercado de trabajo, junto con la falta de normas laborales que amparen las licencias por maternidad y los horarios de trabajo restringidos para que la mamá pueda amamantar, ha dificultado la revitalización de esta práctica natural.
Esto, sumado a los mitos que todavía rodean la lactancia. Por ejemplo, los siguientes:
La mujer no tiene suficiente leche para amamantar por 6 meses. La leche materna se produce «a demanda». Esto es que, cuanto más succione el bebé, más leche producirá la mamá. La producción de esta leche se desencadena por distintos estímulos, desde la acción de succionar hasta una serie de reacciones hormonales que tienen lugar cuando el bebé se coloca en el pecho.
El bebé necesita tomar agua u otros líquidos. La leche materna provee de todos los requerimientos nutricionales que necesita un bebé de entre 0 y 6 meses para su desarrollo y crecimiento apropiados.
Los niños que viven en climas tropicales y húmedos necesitan sí o sí tomar agua. Aunque con temperaturas altas y húmedas, la leche materna puede ser la única fuente de líquidos. Además de proteger a los bebés de las enfermedades infecciosas causadas por el consumo de agua contaminada.
La publicación Cuantificación de los beneficios de la lactancia materna: reseña de la evidencia, realiza, con el aporte de la OPS, una lista de beneficios de lactancia con base en estudios científicos. Uno de los trabajos que presenta, realizado sobre 260 lactantes en maternidades de San Pedro Sula, en Honduras, comprobó que aquellos que recibieron únicamente leche materna durante los primeros 6 meses de vida gatearon más temprano y tendieron a caminar ya a los 12 meses, a diferencia de los lactantes que tomaron leche materna por sólo 4 meses.
Otro estudio realizado en Estados Unidos observó una asociación inversa entre la duración de la lactancia materna y el riesgo de sobrepeso: los lactantes amamantados durante más de 7 meses tuvieron un 20% menos de probabilidades de padecer de sobrepeso que los bebés amamantados por menos de 3.
En Estados Unidos, muchos programas nacionales y estatales promueven la lactancia materna. Hacia 1950, en ese país el 100% de los niños eran amamantados. La prevalencia de la lactancia materna al momento del alta hospitalaria se redujo a 25% en 1967 y repuntó hasta 64% en 1998. El incremento de esta práctica también implica un ahorro millonario en gastos médicos ocasionados por enfermedades que la leche materna ayuda a prevenir.
Según el boletín de la estrategia AIEPI -Atención Integrada a las Enfermedades Prevalentes de la Infancia- de la OPS, que promueve la lactancia materna en todo el continente, los países vienen comprometiéndose en acciones conjuntas para incrementar esta práctica.
La mayoría de los países de Latinoamérica y el Caribe son miembros de la comisión del Codex Alimentarius, que determina el etiquetado y contenido de los alimentos para lactantes, así como la edad apropiada para introducir alimentos complementarios. En 1989, treinta países firmaron la Declaración Innocenti, para promover, proteger y apoyar la lactancia materna.
Esta declaración ha sido la base para la Iniciativa de Hospitales Amigos del Niño de la Organización Mundial de la Salud y el UNICEF, adoptada en 1992, que busca difundir esta práctica ya desde el hospital. Finalmente, en 2001, la Estrategia Global de OMS/UNICEF sobre la Lactancia de Bebés y Niños Pequeños, consolidó un plan de acción de la comunidad internacional sobre este tema.