Una carrera mentalmente estimulante puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedad de Alzheimer, sugiere una investigación. Según un estudio realizado en los Estados Unidos, los que desarrollan la forma debilitante de demencia son más probables haber tenido trabajos que exijan el cerebro.
El descubrimiento presta peso a la teoría ‘ lo que no se usa se pierde ‘, dice Kathleen Smyth de Case Western Reserve University en Cleveland, Ohio, quién condujo la investigación. Los expertos han sugerido previamente que manteniendo la mente activa, con la lectura o crucigramas, puede ayudar a evitar la demencia en la ancianidad.
El último trabajo, sin embargo, demuestra que el estímulo mental a través de la vida puede influenciar el desarrollo de Alzheimer. Los investigadores examinaron a 122 personas con la enfermedad de Alzheimer y a 235 sanos, y comparado las demandas mentales a las que habían hecho frente a través de sus carreras, a partir de los 20 años hasta a la 6ta década.
El nivel medio de la tensión mental en los dos grupos era igual durante sus años 20. Pero ésos sin Alzheimer habían tenido trabajos que gravaban más mentalmente a partir de sus años 30 hasta el retiro, según el informe de los investigadores en Journal of Neurology. «en sus años 30, los años ’40 y los años ’50 existía una divergencia que persistió,» dice Smyth.
Los investigadores no son seguros exactamente cómo trabaja el efecto. Quizás la enfermedad de Alzheimer tiene un impacto temprano que evite que las víctimas incorporen profesiones mentalmente exigentes tales como escritura, contabilidad o leyes, sugiere Smyth.
Pero puede ser más probable que el cerebro realmente se beneficie de actividad sostenida, más bien que aquél que paso toda su vida tabajando en una fábrica. Smyth sugiere que esa gente que estimula sus mentes pudieran acumular una reserva de las células nerviosas en el cerebro. Esto permitiría que siguieran siendo tan uniformes y mentalmente claros aún cuando en sus cerebros se acumulen los depósitos de proteína que caracterizan al Alzheimer.
Alternativamente, los que ejercitaron su materia gris pudieron simplemente practicar mejor los test de pensamiento. Esto los haría más probables a dar bien en las pruebas mentales usadas para diagnosticar la enfermedad, sugiere Clive Ballard, director de la investigación en la sociedad del Alzheimer, una caridad británica. ¿»están realmente en un riesgo más bajo de la enfermedad o están apenas mejor en hacer pruebas?»él opina.
Ballard también sugiere eso, como la gente con carreras intelectuales tiende a gozar de un estado socioeconómico más alto, pueden tener acceso mejor a los servicios de salud. Él señala la sugerencia reciente que la terapia del reemplazo hormonal pueda proteger contra Alzheimer. En hecho real, él menciona, el efecto es probablemente debido a que las formas de vida más privilegiadas utilizan la terapia.
Ballard concede que el último estudio es una mejora en esfuerzos anteriores de comparar a las víctimas de Alzheimer con controles sanos. los «estudios de Caso-control son siempre difíciles,»él dice. «pero lo que hace diferente esto es que está hecho década por década y esta mejor informado.»