EREMBAN, MALASIA — Las enfermedades de origen alimentario representan un peligro grave y concreto para las zonas densamente pobladas de Asia y el Pacífico, advirtieron hoy dos organismos de las Naciones Unidas.
Hasta ahora, los casos de contaminación y los brotes de enfermedades de origen alimentario en esa región ocurrieron de forma aislados, pero el peligro potencial está a la vuelta de la esquina. Se estima que una de cada tres personas en el mundo sufre trastornos ligados a la alimentación cada año y 1,8 millones mueren por graves formas de diarrea causada por los alimentos y el agua.
Expertos y representantes de unos 40 países de la región participan esta semana en la Conferencia Regional sobre Inocuidad de los Alimentos en Seremban (Malasia).
Durante cuatro días analizarán cómo contrarrestar las posibles amenazas a la salud de las personas y al comercio internacional provocadas por alimentos poco sanos. La reunión está patrocinada por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Riesgo de brotes de enfermedades de origen alimentario
«El peligro de brotes de enfermedades ligadas a la alimentación es particularmente agudo en Asia y el Pacífico, especialmente en los lugares donde animales y personas viven muy próximos, y a la forma en que se producen y distribuyen ciertos alimentos», observa la doctora Kerstin Leitner, subdirectora de la OMS para la inocuidad de los alimentos.
La epidemia de influencia aviar, el ejemplo más reciente de una enfermedad ligada a la alimentación, a los animales y a las personas, no tiene precedentes históricos y es causa de profunda inquietud tanto desde el punto de vista de la salud de los seres humanos como para la ganadería, ya que además de haber provocado la muerte de 23 personas ha obligado a sacrificar unos 100 millones de aves.
Sin embargo, en la región más de 700 000 personas mueren cada año y muchísimas más se debilitan por enfermedades provocadas por los alimentos y el agua. Son casos individuales que la mayoría de las veces no llegan a los titulares de los periódicos.
En lo relativo al comercio, aumentan los trastornos causados por la escasa calidad de los alimentos. «Desde 2001, los niveles inaceptables de residuos de plaguicidas en frutas y verduras, restos de Cloramfenicol y otros antibióticos en mariscos y aves, patógenos en los mariscos y microtoxinas en cultivos y cacahuetes, han llevado al rechazo de los alimentos procedentes del continente asiático», recuerda Hartwig de Haen, Subdirector de la FAO para el Departamento Económico y Social.
La prohibición de importar pescado en la Unión Europea costó a un país asiático 355 millones de dólares de oportunidades perdidas de exportación. La exportación de harina de cacahuete por parte de otra nación de Asia a la Unión Europea disminuyó anualmente en más de 30 millones de dólares desde que la UE introdujo nuevas reglas sobre las microtoxinas a principios de los años 80.
La punta del iceberg
Los últimos escándalos sobre los alimentos que no cumplen las reglas establecidas o están contaminados con substancias químicas nocivas para la salud son solamente la punta del iceberg de un vasto problema de sanidad pública en aumento. Revelan que los sistemas de inocuidad de los alimentos no funcionan adecuadamente y que faltan mecanismos integrados en la región y, a menudo dentro de los mismos países, para anticipar posibles brotes de enfermedades y organizar respuestas rápidas para impedirlos.
La Conferencia Regional sobre Inocuidad de los Alimentos responde a la necesidad urgente de los países de la región de cooperar para establecer sistemas de inocuidad de los alimentos, armónicos y coordinados, que den respuestas uniformes de emergencia a esas amenazas, subrayan FAO y OMS.
La Conferencia forma parte de una serie de encuentros regionales organizados conjuntamente por FAO y OMS para hacer frente a las necesidades de sus países miembros de asesoría en políticas y construcción de capacidad en materia de sanidad alimentaria.
Se espera que durante la reunión se elabore un plan de acción concreta para ayudar a la región a superar las dificultades y problemas a los que se enfrenta a la hora de mejorar la inocuidad de los alimentos así como sus sistemas de control y respuesta a las emergencias.
Se dedicará atención especial a la cobertura de todo el proceso de la cadena de producción alimentaria, centrándose en particular en los eslabones donde es más fácil intervenir para disminuir significativamente el peligro de enfermedades de origen alimentario.
La reunión invitará también a intensificar la comunicación entre los científicos, autoridades de la reglamentación sobre inocuidad de los alimentos, representantes de la industria y de los consumidores, para reducir esos peligros, como ya se ha hecho en otras regiones.
Los participantes en la Conferencia Regional sobre Inocuidad de los Alimentos en Asia y el Pacífico pertenecen en gran parte a los organismos reguladores de inocuidad de los alimentos de los Ministerios de Agricultura y Sanidad de los países miembros de la FAO y la OMS.
Asisten también a la reunión representantes de otros organismos independientes de sanidad alimentaria, de diversos ministerios y de organizaciones no gubernamentales así como representantes de la industria, productores, asociaciones de comercio y de venta al por menor y grupos de consumidores.